Escuela en casa: Cuando la educación abandona el colegio

Estimados docentes: Estudiar en casa no es, en sí misma, una novedad de la educación moderna. Durante décadas sabemos que los niños que son artistas (músicos, cantantes, actores), deportistas, o que son hijos de diplomáticos, políticos, familias de alcurnia real o en general de cualquier actividad que involucre permanentes cambios de residencia o viajes constantes, han continuado sus estudios en sus casas, con tutores especialmente contratados para realizar la función de los maestros de escuela, a exclusividad.

Lo nuevo viene por el lado de que, actualmente, muchas familias “normales” por llamarlas de alguna manera –padre y madre con trabajos estacionarios, en una sola ciudad todo el tiempo- con vidas regulares, deciden dejar de enviar a sus hijos al colegio. Y las justificaciones tienen que ver con el desprestigio de ciertos sistemas educativos que han hecho concluir que es más seguro tener a los hijos en casa, con tutores, “nanas” o cualquier otra variante que reemplace al profesor (en aquellos sectores socioeconómicos urbanos de clases altas o medias-altas, por supuesto) pues las problemáticas del bullying (acoso escolar) generan este rechazo al sistema tradicional.

Sin embargo, como veremos más abajo, si bien es cierto la educación en casa (o en inglés homeschooling) tiene ciertas ventajas, también encierra riesgos en cuanto a aquellas aptitudes que se desarrollan en el contexto escolar, imposibles de reproducir en el ambiente más privado del hogar, cuyas funciones formativas son diferentes y complementarias al colegio.

EL LINK

https://elpais.com/diario/2008/10/22/sociedad/1224626401_850215.html

EL DATO

10 ventajas: a favor de la enseñanza en casa

• Atención personalizada. El maestro puede dedicarse exclusivamente al alumno, por lo que este puede preguntar todas las dudas que le vayan surgiendo.
• Implicación. Cuando están pendientes de nosotros, sentimos la necesidad de implicarnos. En este sentido, el homeschooling puede contribuir a potenciar la responsabilidad del alumno.
• Adaptabilidad. En este caso, la transmisión de conocimientos no debe adaptarse a un grupo-clase, sino a un único alumno. Así pues, si el estudiante aprende rápido podrá aprovechar mucho mejor el tiempo. Igualmente, si tiene necesidades especiales se le podrá dedicar mayor atención.
• Flexibilidad horaria. Si estudias en casa, no debes preocuparte tanto por el reloj. De todas formas, conviene marcar un horario orientativo para que el día cunda y no se pierdan las rutinas. No desplazarse para ir a la escuela no tendría que equivaler a perder el rigor.
• Observación de la realidad. El alumno abandona la idea de que solo puede aprender a través de los libros. Por ejemplo, si estudia Química, la observación de algunos fenómenos en la cocina facilitará que no solo se quede con la teoría.
• Interacción con personas de varias edades. El estudiante no solo está rodeado de personas de su misma edad: puede convivir con adultos o con niños mayores y menores. Esta pluralidad de edades contribuye al enriquecimiento personal.
• Exploración de disciplinas extracurriculares. Los planes de estudio no siempre dejan espacio para todos los campos del saber. Una vez adquiridos unos conocimientos generales, el temario se puede ampliar en función de los intereses del alumno.
• Fortalecimiento de los lazos familiares. Si la familia es la encargada de formar al menor, el homeschooling puede convertirse en una oportunidad de oro para trabajar las relaciones afectivas en el hogar. Sea como sea, debemos procurar que estos vínculos no se vuelvan tóxicos ni dependientes.
• Despreocupación por los desplazamientos. No ir a la escuela a diario supone un ahorro en transporte público y gasolina. Además, si el alumno tiene problemas de movilidad, se ahorrará las dificultades del desplazamiento.
• Falta de competencia. Si no hay grupo-clase, no existe la presión por destacar ni hay riesgo de acoso en la escuela.

10 inconvenientes: nada como el entorno escolar

• Mayor dedicación de los padres. Los padres deben implicarse mucho más en la educación de sus hijos, ya sea porque la asumen al 100% o porque supervisan un docente contratado. La tarea es especialmente difícil cuando los progenitores trabajan fuera del hogar.
• Falta de contacto con otros niños. El homeschooling presenta el riesgo de encerrar al alumno en una burbuja. Los niños necesitan relacionarse con personas parecidas a ellos, pero también convivir con la diversidad.
• Menor interacción con otras formas de pensar. Que los referentes del alumno surjan de una misma casa disminuye la posibilidad de recibir una educación plural.
• Riesgo de sesgar la educación. Si hay menos control, ¿quién nos asegura que los niños no son adoctrinados por sus familiares? En este sentido, son imprescindibles los controles periódicos.
• Problemas de sociabilidad. Cuando estamos acostumbrados a avanzar solos, cuesta mucho más interactuar con el resto del mundo, ya sea para estudiar o para divertirse.
• Falta de autonomía en los desplazamientos. ¿Nunca has cogido el autobús para ir a la escuela? Seguramente, adquirirás el hábito más tarde y te resultará más complicado.
• Inexperiencia en el trabajo en grupo. El trabajo en grupo es fundamental en la mayoría de trabajos. La escuela es un entreno fundamental para este tipo de convivencia.
• Falta de referentes externos. Si los progenitores no están bien asesorados, pueden tener problemas para detectar si sus hijos avanzan a la velocidad adecuada.
• Supervisión externa menos regular. ¿Adoctrinamiento? ¿Aislamiento? ¿Maltrato? Son riesgos que existen en los casos en que no se realiza un control riguroso del homeschooling.
• Dificultad para conciliar la formación de toda la familia. Si hay hermanos de distintas edades en casa, las necesidades educativas de cada uno son difíciles de combinar.

Fuente: Emagister.com