Estimados docentes: Ser docentes, profesionales de la educación, involucra no solo el dominio de materias concretas, ciencias numéricas o humanidades. También tiene que ver con orientar la formación de la personalidad de niños y adolescentes, darles herramientas que les sean útiles en la vida que les espera. Este apoyo a la labor de los padres, del hogar, es en muchos casos más difícil que el hecho de trasmitir información, datos históricos y fórmulas, pues exige de nosotros altos niveles de tolerancia, empatía, paciencia y tino para no fallar en el grado de influencia que podamos tener sobre la formación de su carácter.
El desarrollo de la personalidad en nuestros alumnos nos debe preocupar tanto como su desempeño académico, sobre todo tomando en cuenta que hoy la neurociencia y las nuevas teorías del proceso enseñanza-aprendizaje nos dicen con claridad que ambas cosas están íntimamente ligadas. Las personalidades difieren en los grupos de alumnos -pasivos, hiperactivos, sensibles, indiferentes, agresivos, alegres- y la línea entre una conducta específica y el inicio de un problema de conducta es, en algunos casos, muy tenue.
Los equipos docentes de naturaleza multidisciplinaria deben estar muy bien engranados para atender las necesidades de sus estudiantes, en coordinación estrecha con los padres de familia, para que este desarrollo se produzca con fluidez, evitando los prejuicios o las actitudes invasivas, pero sin perder de vista que tenemos la capacidad y la responsabilidad de intervenir cuando el caso lo merezca para corregir, dirigir o encaminar a un alumno que requiera de mayor atención en ese sentido.
En el siguiente enlace, más acerca de cómo apoyar el desarrollo de la personalidad en nuestros alumnos:
EL LINK
https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/aprendizaje/como-se-forma-la-personalidad-del-nino/
EL DATO
Nivel de actividad: Hay niños que nos es casi imposible sacarlos de casa. Los llevas en brazos o en el carrito y nunca dejan de moverse, “necesitan espacio” movilidad, apenas paran quietos y siempre van llamando la atención. En cambio otros se duermen con facilidad, son muy adaptables y tranquilos a la hora de sacarlos de casa. Ahora bien, no pensemos que porque un niño es muy movido puede traernos problemas el día de mañana, en ocasiones, el nivel de actividad va relacionado con la curiosidad. No tiene por qué ser algo que nos preocupe.
Regularidad: Los niños muy regulares son previsibles, podemos adaptarnos a sus hábitos y organizar cosas como salidas, viajes… Tenemos claro que van a comer a sus horas, que duermen bien sus siestas. Por otro lado, tenemos otros niños que tardan mucho en dormirse, que no quieren comer cuando les toca y que por ejemplo, tampoco acaban de “adaptar sus ritmos biológicos”, es decir, te cuesta mucho quitarles el pañal, controlar la orina… etc.
Reacción ante estímulos nuevos: A los niños, por lo general, no les va bien los cambios y los estímulos imprevistos. Prefieren la rutina y lo predecible. Ahora bien, su entorno no va a ser estable toda la vida, y es común que reacción de forma muy variada a factores nuevos como invitados, personas que los cogen, músicas, sonidos, luces, mascotas nuevas, excursiones. Hay niños más complicados que reciben muy mal esas nuevas situaciones, y algo que es esencial por nuestra parte es advertirlo cuanto antes para gestionar mejor esas situaciones aportándoles calma y seguridad.
Intensidad de reacción: ¿De qué manera reacciona ante las cosas? Los niños pueden reaccionar ante los nuevos estímulos mediante gritos, lloros o una callada curiosidad. Todo ello dice mucho de ellos, los hay que se enfurecen, otros guardan tímido silencio.
Sensibilidad sensorial: Hay niños más sensibles que otros ante los sabores, luces, texturas, sonidos y temperaturas. En ocasiones, esa sensibilidad sensorial tiene mucho que ver con su carácter, con su forma de sentir e interaccionar con el mundo.
La personalidad, se basa en las cualidades y
rasgos q’ define y hace única a cada perso
na, su desarrollo en nuestros alumnos, nos
debe preocupar tanto como su desempeño
académico, ya q’ hoy la neurociencia y las
nuevas teorías de enseñanza-aprendizaje
nos dice q’ ambas cosas están intimamente
ligadas.