Estimados docentes: La tecnología siempre ha acompañado al ser humano, como prueba irreductible de su ingenio y capacidad de adaptación. Cada época del desarrollo de nuestra especie ha estado marcada, de una u otra forma, por el desarrollo tecnológico. Desde el manejo del fuego hasta la elaboración de prendas de vestir; hasta la producción en masa de teléfonos inteligentes y sistemas de comunicación a distancia, nuestra humanidad ha pasado siglos de siglos inventado cosas, materiales que han tenido, siempre y como principal objetivo (con la excepción, debemos decirlo, de la tecnología armamentista), la mejora de nuestra calidad de vida.

En ese sentido, y entrando al segundo año de pandemia –sin visos claros de solución médica definitiva- el desarrollo tecnológico vertiginoso que, en términos de comunicaciones y de medicamentos, hemos experimentado, como mundo, en los últimos cuarenta o cincuenta años, está en su punto más alto de utilidad en este siglo 21 marcado por la enfermedad y los cambios radicales que ha ocasionado en nuestra manera de relacionarnos, de trabajar, de estudiar, de vivir.

Pero, como todo, esta tecnología también ha tenido siempre pros y contras. Y, en estos tiempos, son bastante más graves y ubicables. Los fraudes electrónicos, los casos de secuestro, acoso y violaciones online, la difusión de fake news, entre otras cosas, son riesgos que debemos tener en cuenta al momento de pensar en el uso que le damos a la tecnología. A raíz del COVID-19, todos dependemos de la tecnología. Para trabajar, para comunicarnos con amigos y seres queridos, para evitar hacer colas en bancos, etc. Pero también generan excesos en el tiempo de conexión, la sobre estimulación y el sedentarismo que nos puede producir problemas de salud.

Reconocer que la tecnología es vital para nuestra vida actual es inevitable. En paralelo, no debemos perder de vista las desventajas que puede producir la sobre dependencia que desarrollamos nosotros los docentes, padres y estudiantes, de las redes sociales, los videojuegos y demás.  

EL LINK

https://www.semana.com/tecnologia/articulo/5-enfermedades-producidas-por-el-exceso-de-tecnologia/202042/

EL DATO

  • La tecnología está ocupando un lugar cada vez más importante en nuestras vidas durante el confinamiento. En el ámbito laboral nos ha permitido continuar el trabajo. En el ámbito personal, reducir de la mejor forma posible la obligada distancia social. En definitiva, nos permite llevar mejor estas semanas.
  • La privacidad y el consentimiento han sido objeto de debate en varias de estas tecnologías. De hecho, Google y Apple han cambiado su planteamiento inicial tras las presiones de varias organizaciones y organismos gubernamentales. La solución que están desarrollando es ahora más garante respecto al derecho a la privacidad de las personas.
  • Otro aspecto que no debemos descartar la brecha que puede suponer el uso de todas estas tecnologías en la sociedad. Soluciones como la de seguimiento de contactos se basan principalmente en tener un teléfono inteligente, que no todo el mundo sabe usar o puede comprar. De nuevo, son los más vulnerables los que se pueden quedar fuera del sistema y sufrir de forma más severa las consecuencias.

Fuente: The Conversation.com

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