Estimados docentes: El año 2020 ha sido muy difícil y diferente para todos los niveles de enseñanza y actores del sector educación –padres, maestros, trabajadores de instituciones educativas, estudiantes- pero hoy queremos concentrarnos en aquellos adolescentes que, estando ya en el tramo final de la Educación Secundaria, que podríamos considerar a partir del 4to. año -aunque algunos alumnos de 3ero. ya están en condiciones de realizar proyecciones concretas sobre su futuro una vez terminada la etapa escolar- no solo han visto cómo ha cambiado la forma de estudiar sus últimos años sino también son testigos de cómo se han desmoronado varias de las opciones que, antes de la pandemia, ocupaban los primeros lugares de cualquier ranking de carreras que querían estudiar al salir de las aulas.
Por ejemplo: ¿Seguirá siendo atractivo, desde un punto de vista de rentabilidad económica, estudiar para ser chef? ¿Habrá la misma cantidad de postulantes a las carreras asociadas al sector turismo y hotelería, una industria que lleva ya casi año y medio paralizada, con miles de desempleados y establecimientos con sus actividades suspendidas de manera casi total? ¿Qué van a querer ser los escolares ahora que el mercado laboral y el concepto de éxito profesional se ha visto tan alterado por el trabajo remoto, las mascarillas a tiempo completo y la inamovilidad?
La respuesta más obvia parece ser todo lo relacionado a la tecnología: ser ingeniero de sistemas, por ejemplo, será uno de los objetivos más perseguidos por los nuevos integrantes de la población empleable. Siempre habrá equipos electrónicos y computarizados que arreglar, más ahora que su uso es permanente e ininterrumpido en todas las actividades profesionales y comerciales. Pero ¿y el éxito inmediato y el consumo? ¿la posibilidad de ser famoso y tener mucho dinero para lucirse en redes sociales? Para eso, otra respuesta obvia: el futuro es ser youtuber, tiktoker, influencer.
El problema es que aquí ya no estaremos hablando de vocación sino de pura y dura ambición por hacer prevalecer la forma de vida que la pandemia ha destruido. Que un pasatiempo como el grabar videos graciosos o hacer bailecitos delante de un celular para después subirlo se convierta en una fuente de enormes ingresos económicos para jóvenes que ya no sienten interés por educarse y aprender no solo empobrece la capacidad intelectual de las nuevas generaciones sino que, además, las hace más vulnerables a los peligros asociados a la internet, los cuales no han desaparecido con la pandemia a pesar de que ahora se habla de trabajo y educación online casi tanto como de ese entretenimiento vacío y tonto tan de moda en estos tiempos.
El rol del docente en el tema de la orientación vocacional, como otros aspectos de nuestra profesión, también está mutando, transformándose, por el coronavirus. Y lo que está en nuestras manos es el futuro de la civilización, de la humanidad. Puede haber buenos tutoriales online, videos educativos y demás. Pero los millones de seguidores que hacen los que analizan videojuegos o los millones de dólares que generan las chicas exhibiéndose en redes pueden terminar siendo el nuevo modelo de éxito para muchos muchachos y muchachas que, al no conseguir eso rápido, caerán en excesos, depresiones y frustraciones peligrosas para su integridad.
EL LINK
https://elpais.com/economia/2020/10/20/actualidad/1603217848_971734.html
EL DATO
- Muchas veces los profesores de nivel medio o polimodal toman contacto con la angustia de sus alumnos frente a la situación de elección vocacional. En otros casos muestran desconcierto ante el aparente desinterés o la apatía que los adolescentes manifiestan en torno a su futuro.
- Sin duda muchos profesores eligen asumir un rol activo e intentando dar respuesta a las demandas de los alumnos, ofrecen sus opiniones, experiencias y sugerencias. Se acercan a aquellos que perciben más confundidos enunciando “lo que deberían hacer”.
- Estas actitudes son muy valiosas ya que dan cuentan de la gran empatía de estos educadores. Sin embargo, es fundamental evitar que la confusión y angustia de los alumnos los invada, generando intervenciones inadecuadas que son el producto del deseo del docente de controlar su propia angustia (surgida al identificarse con el adolescente).
En determinados casos, los docentes eligen
un rol activo, fomentando espacios de inter
cambio y reflexión con los alumnos, otros casos prefieren, q’la tarea de orientación vo
cacional recaiga en los expertos, en definiti
va los docentes suelen ser un referente pa
ra sus alumnos y pudieran ejercer este rol y
fomentar la toma de conciencia y la refle
ción por los alumnos, q’seria beneficioso.