Estimados docentes: La educación a distancia ha demostrado ser efectiva en cuanto a la creación de un vínculo más fuerte entre los maestros y la tecnología, además de haber incorporado al proceso de enseñanza-aprendizaje a los padres de familia, antes absolutamente alejados de la formación escolar de sus hijos, cuando pasaban horas en la escuela, separados de ellos.
Pero también ha traído una serie de inconvenientes. Los más reconocibles y de diario análisis en foros de expertos en el mundo entero tienen que ver con la ausencia, en este tiempo de pandemia, de oportunidades para socializar, tanto entre compañeros de aula como durante la relación maestro-estudiante, que también es fuente de aprendizajes múltiples como el respeto, la puntualidad, la obediencia y cumplimiento de normas comunes, etc.
Asociado a esto llegó, con el cierre de escuelas y centros de esparcimiento, un problema mayor, que afecta a la salud física de maestros y alumnos: el sedentarismo. Por su naturaleza, las clases online exigen que estemos muchas horas frente a una computadora, un televisor o un teléfono. Si antes en clases presenciales, pasábamos dos o tres horas sentados para luego salir al recreo –30 o 45 minutos para caminar, correr y gastar energía- hoy podemos pasar de 6 a 8 horas, la mayor parte en una silla o sofá. Esta problemática, que aplica también al trabajo remoto de los adultos, es peligrosa fuente de enfermedades y alteraciones a la salud.
Debemos tener en cuenta que necesitamos dedicar un tiempo, diario, a la actividad física, por mínima que esta sea. En periodos largos de confinamiento, uno puede acostumbrarse a esta falta de actividad y los efectos pueden ser muy nocivos. Evitar el sedentarismo es muy sencillo: cada dos horas párese a caminar, estirar las piernas y hacer un ejercicio simple como levantar brazos, piernas, saltar o mover cosas. Eso ayudará a no estar estáticos todo el tiempo.
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EL DATO
- Más de la mitad de los españoles (56%) realizó menos ejercicio durante el confinamiento domiciliario derivado de la pandemia de Covid-19, según un estudio llevado a cabo por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).
- Este descenso de la actividad física, unido a una peor alimentación, dio como resultado que el 44% de la población aumentara de peso en los pasados meses de marzo y abril, lo cual, como veremos a continuación, puede tener consecuencias para la salud.
- Lamentablemente, esa tendencia al sedentarismo se ha mantenido hasta la actualidad: las restricciones al ocio y a la movilidad, la generalización del teletrabajo y el miedo a practicar deportes que puedan implicar contacto físico o a permanecer en espacios cerrados como el gimnasio nos lleva, por lo general, a movernos mucho menos en el día a día.
Fuente: Pharma Market
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