Reaprender: La leche animal no es necesaria para el ser humano

Estimados docentes: En la pedagogía moderna todo es acerca de reaprender. Y, a veces, reaprender exige ir desmontando ciertos mitos y/o costumbres con las que nuestra generación y las anteriores han vivido, hábitos que fueron originales concebidos como saludables pero que, con el correr de las décadas, la industrialización y el consumo masivo han transformado en amplios negocios que se rigen por la oferta y la demanda, la producción en serie y la idea instalada de que no puede dejar de hacerse.

Es el caso de los productos lácteos -leche, quesos- que, consumidos en exceso no solo no generan las reacciones positivas en muchos organismos sino que, por el contrario, traen problemas de toda índole. Actualmente ya hay muchos especialistas convencidos, a través de serias investigaciones y pruebas de todo tipo que el ser humano, después de abandonar la leche materna -es decir, cuando es aun un bebé pero ya es capaz de ingerir otros alimentos- ya no necesita tomar leche de otros mamíferos -vacas, cabras- y que, alimentado adecuadamente, puede y debe prescindir de esta fuente extrema de grasas, lactosas y demás que a la larga pueden ocasionar serias enfermedades.

La idea de que necesitamos leche de vaca ha generado la aparición de diversos grupos de productos industrializados que ya ni siquiera son leche estrictamente de este animal. Los aditivos, preservantes y demás químicos involucrados en su elaboración son, en muchos casos, muy dañinos y se recomienda que la humanidad vaya abandonando esta costumbre tan enraizada y antigua.

¿Se atreven a iniciar el difícil camino de reaprender este tema?

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EL DATO

• Algunos argumentan que son fundamentales para el crecimiento y desarrollo, pero otros sostienen que pueden ser fácilmente reemplazados por otros alimentos de origen vegetal. La Universidad de Harvard está del lado de quienes desaconsejan el consumo de lácteos; de hecho, los ha quitado de su pirámide alimenticia y recomiendan sustituirlos por agua y/o fruta y vegetales.
• La caseína es una proteína de la leche que el cuerpo no puede eliminar por sí mismo, y puede generar problemas inmunológicos, alergias y asma. De hecho, pueden generar mayor mucosidad y congestión. «Si bien el calcio y los productos lácteos pueden reducir el riesgo de osteoporosis y cáncer de colon, la ingesta alta puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata y, posiblemente, cáncer de ovario», señalan.
• Aunque Harvard no la señala como una razón más, algunas de las personas que escogen eliminar los lácteos de su dieta lo hacen porque se trata de productos derivados de animales y, aunque esto no implica necesariamente una muerte, sí tiene un trasfondo de maltrato animal.

Fuente: Bioguia.com