Estimados docentes: En esta era de la posmodernidad y las redes sociales, temas como la protección del medio ambiente y el control del consumismo, por muy importantes que sean, tiene un enemigo tenaz y mortal: la publicidad. Las grandes marcas de ropa invierten millones de dólares cada mes para seguir insistiendo en que compres lo último de la alta moda, productos que muchas veces son producidos en serie y de manera masiva, llenando anaqueles con prendas teñidas con pigmentos dañinos para la salud y que, tanto en su etapa de producción como al ser desechadas, se convierten en enormes agentes de contaminación.
Desde hace algunos años se viene hablando de la “slow fashion” o “moda lenta”, un movimiento que busca sensibilizar a los consumidores sobre la importancia de no seguir estimulando el negocio contaminante de la ropa barata. El nombre es una alusión a la “comida rápida” pero en oposición. En lugar de “moda rápida” o barata, que se produce y consume de manera masiva, la idea es tener apoyar la “moda lenta”, menos sintética, menos brillante pero más amable con el medio ambiente y con la salud humana.
En este documental de la Deutsche Welle, que te invitamos a ver como si se tratara de una película, se explica a detalle todo lo relacionado a este interesante y, sobre todo, relevante tema que abre diversas líneas de reflexión sobre la vida moderna y sus consecuencias para el futuro de nuestra especie.
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EL DATO
- La industria de la moda se ha venido relacionando a lo largo de la última década con el consumo desenfrenado, la contaminación medioambiental y la explotación laboral a todos los niveles.
- No obstante, al mismo tiempo que ocurría esta puesta en evidencia de la industria del fast-fashion, se abría todo un mundo de posibilidades con la moda sostenible, así como con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
- La industria de la moda debe jugar un papel activo a la hora de mejorar la calidad de vida de las comunidades donde opera, pagando salarios justo e igualitarios a todos sus empleados y asegurándose de que ningún miembro de la cadena de valor esté viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
Fuente: Slow Fashion Next.com
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