Estimados docentes: Pensar en los valores que hoy determinan el comportamiento social de un grueso porcentaje de las poblaciones jóvenes que acaban de salir de las universidades y buscan insertarse, casi con desesperación, a un mercado laboral en permanente cambio y reducción, puede ser desolador: competencia (a veces desleal, en pro de la obtención de resultados a su favor), agresividad, desconfianza, arribismo, ambición, capacidad para tolerar y relativizar toda acción que transgreda normas o autoridades. No serán todos pues aun existen juventudes idealistas, románticas, amantes de la naturaleza y el buen arte.

Pero la gran mayoría vive convencida de que no hay mayor propósito que la consecución de un trabajo que permita tener carro, departamento, viajes, Netflix, mascotas, accesorios de lujo, fines de semana llenos de acción e hijos, todo a la vez y en un periodo no mayor a diez años. Si entre los 18 y los 28 no tienes varias de esas cosas aseguradas, tus posibilidades de ser feliz se reducen a la mínima expresión. Si eres docente y tienes entre 45 y 55 años, quizás tengas uno (o varios) hijos, sobrinos y conocidos con esta mentalidad.

Entonces llegan las preguntas del millón: ¿De qué sirve hablarles de sensibilidad artística, de belleza natural, de poesía del siglo 16, del rock pacifista de los setenta, de cine japonés, de respeto a los abuelos? ¿Creerán aquello de que no hay nada como contemplar un atardecer -no desde el balcón de un departamento de lujo, sino desde la puerta de tu casa, o que es mejor ver un capítulo de tu serie favorita por semana para dormir adecuadamente que soplarte doce capítulos de tu maratón conectado a una lata de RedBull? Los valores como la paciencia, la mesura, la sencillez, ¿tendrán cabida en las mentes de estos jóvenes que sueñan con el éxito instantáneo, los quince años en limosina y los veinte en algún hotel cinco estrellas de Punta Cana?

La respuesta es siempre sí. Sí vale la pena educar en valores aun cuando siga siendo una minoría, cada vez más pequeña, la que decida -una vez recibida la información adecuada- vivir su vida con valores y trasladarlos a sus familias (hijos e hijas), a sus amigos y colegas. Siempre valdrá la pena educar en valores para vivir con valores.

EL LINK

https://www.euroinnova.pe/blog/falta-de-valores-en-los-jovenes

EL DATO

  • La educación, a lo largo de su historia en la sociedad moderna ha sido objeto de un constante análisis crítico con relación al papel que juega dentro del desarrollo humano en los diversos países en donde, ésta, es el eje rector del progreso social de las comunidades.
  • Nuestra escuela es aún una escuela que prepara para vivir en un mundo de ficción, en espacios cerrados donde el abordaje de los contenidos curriculares no se vincula con la realidad de la vida cotidiana, donde el individualismo se considera la clave del éxito, y no se educa para tomar consciencia sobre de los problemas sociales.
  • Pensar la educación implica incorporar lo social, los valores, lo permanente lo intercultural, pues la educación como proceso de interacción social aunada a los valores, no es una herramienta, ni un medio, sino un fin en sí misma.

Fuente: Educrea Chile

Baúl Docente

Baúl del Docente es un weblog que selecciona, verifica y publica recursos educativos online para uso libre de profesores de habla hispana.

Ver todas las publicaciones

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Arrastre para verificar

Suscribase gratis al boletín electrónico