Estimados docentes: Una señora de la tercera edad sube a una unidad de transporte público y un muchacho de 14 años, sentado, está distraído con sus audífonos, arrastrando con el dedo una y otra vez una lista interminable de microvideos en Tik Tok. Por alguna razón levanta la cabeza y se encuentra, cara a cara, con la señora de la tercera edad. Después de un par de segundos, dirige de nuevo su mirada al teléfono y sigue riéndose, sin cederle el asiento a la mujer mayor.
En el mismo bus, dos asientos más allá, otro muchacho del mismo colegio ve lo ocurrido y, como un resorte, se levanta de su asiento y le indica a la señora para que pueda sentarse. Entonces, para no aburrirse, se sujeta con todo su cuerpo de un pasamanos lateral y, sin mirar ni considerar a nadie más que a él mismo, comienza a carcajearse de su propio TikTok, desde un teléfono sin audífonos. Los que rodean al joven escuchan cada tres segundos una música insoportable y luego un grito horrible, con ese ruido de estática que suele salir de los limitados parlantes de esos teléfonos inteligentes. hizo una bien -ceder el asiento a la señora- y luego una mal, haciéndole el viaje imposible a toda la comunidad de pasajeros.
Situaciones como estas -y otras que nos tomaría mucho espacio describir- ocurren a diario debido a la ausencia de una noción clara de qué son los valores sociales. Antes, cuando no existía la internet y los padres no estaban tan preocupados por miles de distracciones que eran incapaces, ya no digamos de controlar sino de simple y llanamente entender, la escuela complementaba la enseñanza casera de valores, formando una coalición que preparaba a los niños y adolescentes para ser “educados”.
Hoy, la extremada libertad de la que gozan los estudiantes los termina alejando de esa idea de disciplina, creciendo como si todo les fuera posible. Si a eso le sumamos que ya tenemos dos generaciones de padres formados en el mundo de la cibernética y que ellos mismos arrastran carencias en cuanto al conocimiento de los valores y la importancia de su cumplimiento para una vida en armonía, ocurre que, por todas las demás aristas de la vida -entretenimiento, deporte, noticias, política- comienzan a filtrarse estas conductas de anti valores que son vistas, finalmente, como lo normal, empobreciendo la interacción social e, inevitablemente, degradándola.
Ustedes, maestros ¿qué opinión tienen sobre este tema?
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EL DATO
- Los valores son inherentes al ser humano, expresan su esencia y determinan la forma de actuar y de ser. Los valores definen cómo es la sociedad, creada por quienes viven en ella.
- La crisis de valores no es una ausencia de éstos sino una falta de orientación de cómo afrontar la realidad y el futuro y con qué valores hacerlo
- En nuestro modo de comportarnos, de relacionarnos, de hablar, de querer acumular posesiones, información, en los hábitos de trabajo… se trasciende nuestra escala de valores.
Fuente: Revista Utopía.org
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