Estimados docentes: Lo vemos a diario en las calles, plazas, centros comerciales y unidades de transporte público. Hombres y mujeres, de todas las edades, sentados o de pie, apoyados en la pared o acaparando pasamanos con todo el cuerpo para no soltar sus teléfonos, con la mirada totalmente dirigida hacia sus celulares, pasando compulsivamente la pantalla, riendo a carcajadas y, muchas veces, sin ponerse audífonos, por lo que todos los que los rodean son obligados a escuchar, con ese ruido de estática que caracteriza a los parlantes de teléfonos móviles, los gritos, bromas, ruidos y fragmentos de canciones que brotan del Tik Tok.
Esta imagen recurrente ilustra de manera muy contundente el nivel de distracción y desconexión con los demás que, en especial entre las redes sociales, impone el Tik Tok en sus usuarios. En los últimos años hemos notado que muchos expertos en tecnologías aplicadas a la educación ensalzan las potencialidades del Tik Tok como herramienta de aprendizaje. Y probablemente esas potencialidades existen, por supuesto. Pero, a juzgar por lo que vemos en nuestra vida cotidiana, no es el uso mayoritario ni el preferido por los cibernautas.
El proceso de enseñanza-aprendizaje se basa, entre otras cosas, en la capacidad de concentración del estudiante. Y la lógica del Tik Tok, que privilegia estímulos extremadamente cortos y cargados de luces, movimientos sorpresivos, canciones y ruidos de todo tipo, está en las antípodas de esa condición necesaria para aprender. Nadie puede decir que es capaz de concentrarse mirando microvideos de treinta a sesenta segundos, uno tras otro, a veces repitiendo el mismo una y otra vez antes de pasar al siguiente.
Tanta información condensada y desestructurada no favorece a la fijación de ningún conocimiento por lo que los videos de contenido educativo se ven obligados a usar algunos aspectos de la lógica tiktokera -profesoras de inicial que bailan contando los días de la semana, por ejemplo- para llamar la atención y posicionarse. Puede alcanzar muchos likes y seguidores, eso nadie lo duda. Pero su impacto en el aprendizaje será mínimo o nulo. Además, el Tik Tok tiene, como otras redes sociales, la posibilidad muy alta de generar adicción.
¿Ustedes qué opinan, colegas? ¿Podemos encontrar un balance en el uso y lógica del Tik Tok para que sea un verdadero recurso educativo y no una red social riesgosa?
EL LINK
https://orbiumadicciones.com/noticias/tiktok-y-su-potencial-adictivo/
EL DATO
- Tik Tok se ha transformado en una de las redes protagonistas del confinamiento. Pero no todo ha sido color de rosa para el gigante asiático. Ansiedad, inseguridades y adicción a la aplicación han sido parte de las sensaciones que han reportado alguno de sus usuarios.
- Y es que Tik Tok -como otras redes sociales- puede generar problemas a nivel personal y gatillar diversas inseguridades, ansiedades o cuestionamientos.
- Las redes sociales generan una descarga en centros del cerebro que tienen que ver con la recompensa y que se ven estimulados por los likes, seguidores, o mensajes. Esos son los mismos ciclos de las adicciones, por ejemplo. Por eso, tomar la decisión de salirse es tan difícil.
Fuente: La Tercera.com
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