Estimados docentes: El jazz norteamericano es uno de los géneros musicales que más evolución y cambios ha tenido a lo largo de su historia. En ese sentido, ha brindado al mundo una enorme variedad de personajes, artistas de primera que, a través de trayectorias largas y sumamente innovadoras, marcaron a fuego el panorama musical de Occidente.
Wayne Shorter es uno de esos artistas, superdotados que entendieron la música no solo como una sucesión de notas sino como una forma de decodificar y traducir los misterios de la vida, la filosofía, el orgullo étnico, el valor de lo subjetivo. Estas cosas, que forman parte de lo que llamamos actualmente “aprendizaje emocional”, forman parte del lenguaje de esta clase de músicos desde hace más de ocho décadas. Cuánto podemos aprender de ellos.
La muerte de Wayne Shorter se produjo la semana pasada, a pocos meses de alcanzar la venerable edad de 90 años. Entre los conocedores del jazz hubo una tremenda pena por este fallecimiento y, como ahora es natural, las redes sociales de músicos y aficionados a la música se llenaron de homenajes. Pero Shorter era, además, un filósofo y, muy a su manera, un maestro capaz de elaborar interesantes ideas sobre la vida y la muerte, el arte y las expectativas de la humanidad, como queda demostrado en la conferencia que compartimos en este post, publicada en YouTube por el Día Internacional del Jazz (tiene subtítulos).
EL LINK
https://www.dw.com/es/muere-la-leyenda-del-jazz-wayne-shorter-a-los-89-a%C3%B1os/a-64870730
EL DATO
- Entre los muchos artistas geniales que ha dado el siglo XX, algunos son jazzistas. De entre ellos, pocos como Wayne Shorter aglutinaron tantos talentos a un nivel magistral: ya sea como instrumentista, como compositor, como pionero en la confección de nuevos sonidos.
- A lo largo de sus más de seis décadas de carrera se mantuvo en todo momento inquieto y creativo, alejándose de cualquier atisbo de complacencia y evitando caer en lo rutinario o en inercias propias de artistas que, a partir de cierta edad, vuelven sobre sí mismos con maestría.
- Ese compromiso tan brutal con la música y con la creación genuinamente artística acompañó a Shorter hasta el último segundo de su carrera en los escenarios.
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