Estimados docentes: Todos somos conscientes de que, bajo determinadas circunstancias, podemos tener reacciones violentas o agresivas. En ese sentido, podemos decir que la agresividad, como emoción, es inherente al ser humano y que cualquier individuo tiene el potencial de tener esta clase de conductas, en mayor o menos medida y que dependerá del contexto para determinar si se justifica o no tal o cual actitud.

Las emociones agresivas o violentas se convierten en un problema real cuando son compulsivas e injustificadas. O desproporcionadas en relación con sus supuestas causas de origen. En el contexto escolar, es decir, en el espacio físico en el cual se producen todo el tiempo interacciones -de maestros a maestros, de directores a maestros, de maestros a estudiantes, de estudiantes a estudiantes, etc.- es común que se produzcan discusiones, desacuerdos y hasta peleas. Sobre todo entre individuos en edad formativa que buscan definir sus niveles de liderazgo o influencia en su grupo social.

Pero estos niveles normales de agresividad interpersonal, necesarios para el autodescubrimiento y el desarrollo de personalidades, se puede convertir de un momento a otro en un problema que escale hacia riesgos de otra naturaleza, como el bullying sistemático, las agresiones grupales, el abuso, etc. El avance de esta manifestación de la agresividad no debe permitirse. En cuestiones personales, cada uno es responsable de manejar sus emociones de acuerdo a su propio criterio y educación en estos temas pero, en cuanto a grupos grandes de alumnos, son los docentes quienes necesitamos gestionar soluciones para evitar las agresiones gratuitas, abusivas, innecesarias e injustificadas.

EL LINK

https://andina.pe/agencia/noticia-recomendaciones-para-prevenir-violencia-la-escuela-887080.aspx

EL DATO

  • Todos los maestros se han encontrado alguna vez alumnos agresivos en clase y el profesor tiene un papel fundamental por lo que debe conocer estrategias de manejo del conflicto en las aulas.
  • El entorno del aula debe ser muy estructurado con unas reglas claras que si se rompen tienen las mismas consecuencias para todo aquel que las incumpla. Cuando un alumno agresivo agrede deberá ser parado inmediatamente con estrategias no agresivas.
  • Las respuestas del maestro a la agresión siempre deberán ser instructivas y no agresivas. Las consecuencias no agresivas adecuadas para el uso en el aula incluyen el corte de respuesta.

Fuente: Guía Infantil.com

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