Estimados docentes: La sociedad moderna se ha acostumbrado a no tener paciencia. Lo vemos a diario en el tráfico, por ejemplo. Basta que falten dos segundos para que el semáforo pase de rojo a verde para que comencemos a escuchar un desagradable concierto de bocinazos desesperados por avanzar, así sea solo dos centímetros. O cuando, en lugar de esperar dos o tres segundos, los conductores de bicicletas, motos, taxis, buses o modernas camionetas de profesionales pudientes y, supuestamente, bien educados, empiezan a acercar las llantas de sus carros a las personas que aun están cruzando la pista, sin importar si tienen bultos, niños, muletas, sillas de ruedas o caminan despacio por ser adultos mayores. Nadie puede esperar.

Otro ejemplo típico de la impaciencia que gobierna nuestra vida actual es cuando estamos trabajando frente a una computadora y, de repente, un proceso que generalmente demora unos cuantos microsegundos -un click, un paso de cursor de arriba abajo o viceversa, un “enter” para buscar algo en Google- tiene una ligera lentitud. Nos desesperamos, golpeamos la mesa, proferimos maldiciones porque “no podemos avanzar”. En términos de computación e internet, unos insignificantes cuarenta segundos son una insoportable eternidad. O cual escribimos un mensaje de WhatsApp o Messenger y pasan tres, cinco quince minutos sin recibir respuesta. La ansiedad nos carcome la tranquilidad. ¿Se acuerdan cómo era antes, cuando los teléfonos solo servían para hacer/recibir llamadas? Si la persona no estaba al otro lado de la línea, había que esperar. Y a veces pasaban días…

La paciencia es necesaria para vivir con calma, y ser considerado con los demás. Ser una persona paciente requiere de mucho autocontrol, respeto y voluntad. Una de nuestras tareas es inculcar la paciencia en nuestros estudiantes, a pesar de que todo conspire en contra de ese propósito pedagógico, porque cada vez más los jóvenes -niños y niñas- son cada vez menos tolerantes e incapaces de esperar, en esta subcultura del inmediatismo y gratificación instantánea donde todo debe ocurrir cuando ellos quieren.

EL LINK

https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/como-ensenar-los-ninos-tener-paciencia.html

EL DATO

  • La impaciencia se puede definir como la incapacidad para esperar, la falta de tolerancia a la espera o a los procesos que se deben seguir para obtener un resultado. Las personas impacientes quieren todo de manera inmediata, sin importar si esto es posible o no.
  • Las personas sin paciencia pueden ser vistas como personas que están siempre buscando la manera más rápida de obtener lo que quieren, y que se frustran fácilmente si no lo consiguen.
  • La paciencia es una virtud que muchas personas desean tener, pero que pocas logran practicar con frecuencia. El mundo actual se mueve a una velocidad impresionante y todo lo que se quiere se quiere ahora mismo, de manera instantánea.

Fuente: Salud Mental.com

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