Estimados docentes: Vivimos en una sociedad moderna hipersexualizada, en la que los niños cada vez desde edades más tempranas comienzan a ponerse en contacto con atuendos, formas de comportamiento y sensaciones que no son las apropiadas para su formación emocional, corporal y mental. Esta inmadurez generalizada que va en simultáneo con los sobre estímulos de naturaleza sexual los hace presas fáciles de peligrosos riesgos en las redes sociales e internet, como son el ciberacoso, el sexting, el grooming y demás variantes de estas terminologías en inglés que denominan las acciones inescrupulosas de adultos que, prometiéndoles fama en redes y lujos, terminan perpetrando delitos de abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes.
Las definiciones de estas malas prácticas online abundan en la web, solo es cuestión de navegar un poco y encontrar páginas especializadas que nos brinden la información adecuada para conocer e identificar las estrategias que usan estos individuos, diseñadas para hacer daño a nuestros alumnos. La pregunta es ¿cómo hacemos para retroceder todo lo que han avanzado estas personas de que atentan contra la integridad física y mental de los más pequeños si somos nosotros mismos quienes les damos insumos con estas permisividades y supuestas modernidades que, ya sea que seamos padres de familia o educadores, nos parecen normales y por ello no percibimos la necesidad de corregir y erradicar de forma drástica?
Muchas de las canciones que escuchan en radios online, los artistas que admiran y los chistes con los que ríen a diario tienen una carga sexual tan inapropiada e innecesaria que jóvenes y adolescentes terminan aprendiendo extremadamente mal cuáles son las expectativas que deben tener con respecto a personas que se sientan atraídas por ellas y viceversa y a qué edades pueden comenzar a descubrir este tipo de relacionamiento con otras personas. Asimismo, la vigencia de formas de vestir y de actuar que hacen que un niño o niña se vea de más edad que la que tiene realmente distorsiona su propia percepción de sí mismos y lo que aparentemente es un juego o una gracia termina convertido en una causal de mucho riesgo que, en muchos casos, puede ocasionar lamentables e indeseables desenlaces.
EL LINK
EL DATO
- Los adolescentes utilizan sus dispositivos como una forma natural de relacionarse, minimizando los problemas que puedan derivarse del envío de material gráfico o audiovisual. Entre estos problemas podemos señalar el texting como una potencial fuente de posterior ciberbullying entre adolescentes.
- En general existe una cierta presión adolescente para actuar como los demás chicos de su edad. También en cuanto al sexo, el cual pretenden “normalizar”, cuando a su edad todavía tiene una componente emocional muy fuerte y muy condicionada a su inmadurez.
- La facilidad con la que se hacen fotos y vídeos a través de los propios dispositivos de los jóvenes, y su rápida transmisión hacen que el intercambio de imágenes sea una práctica cotidiana entre los más jóvenes.
Fuente: Control Parental.es
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