Estimados docentes: Las consecuencias de los malos hábitos alimenticios que llevamos como colectivos sociales desde hace más de cuatro décadas han ido pasando, de una u otra forma, desapercibidos, entre otras cosas porque ante una población mundial tres o cuatro veces menor los insumos -azúcares, sales, grasas- aun cuando siempre tenían potencial para ser dañinos, no eran producidos en las gigantescas cantidades que hoy exige la demanda mundial.

Al elevarse las poblaciones en cada país, la calidad de cada alimento industrializado se reduce de forma inevitable ya que las empresas, por generar cada vez más ganancias a costos menos elevados, van incorporando aditivos, químicos y procesos artificiales que reducen los aspectos nutricionales y aumentan niveles de toxicidad. Eso, sumado a la sobrecarga publicitaria que impone el consumo irreflexivo de las hoy llamadas comidas “chatarra” por su naturaleza adictiva y bajo costo -entre poblaciones de clases altas, medias e incluso bajas- comparado a las comidas naturales -menos gratificantes y más caras pues no pueden almacenarse mucho tiempo- ha generado un preocupante aumento de casos de diabetes en niños y adolescentes.

La diabetes era una enfermedad que antes se asociada a los adultos -como la hipertensión- pero eso ha cambiado en nuestros tiempos. Niños, niñas y adolescentes con problemas de sobrepeso y hasta obesidades mórbidas, son frecuentes candidatos a desarrollar diabetes, poniendo en grave riesgo sus vidas. Cambiar de hábitos de alimentación, promover la actividad física y dejar de lado gaseosas, frituras en exceso y dulces a toda hora, son las únicas alternativas que nos quedan. Así protesten porque estos nuevos hábitos no sean tan “ricos”, necesitamos reeducar a la sociedad si queremos reducir esta peligrosa enfermedad.

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EL DATO

  • ​​La diabetes mellitus es un trastorno metabólico grave que impide al cuerpo la descomposición y uso normal de alimentos, especialmente de azúcares (carbohidratos).
  • Existen varios tipos de diabetes, pero las más comunes son las llamadas diabetes tipo 1​ y tipo 2.  Ambas formas pueden ocurrir a cualquier edad, pero un niño tiene más probabilidad de recibir un diagnóstico de diabetes tipo 1.
  • Aunque no existe cura para la diabetes, los niños con esta enfermedad pueden tener una infancia y adolescencia casi normal si mantienen la enfermedad bajo control. Es esencial controlar la diabetes debidamente para evitar complicaciones.

Fuente: Healthy Children

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