Estimados docentes: Cada vez es más común ver cómo las personas han perdido la capacidad de ser considerados con los demás. O de tener consideración, que es otra manera de decir lo mismo. El individualismo, la idea instalada de que querer todo primero para uno mismo es señal de alta autoestima –“yo me quiero, por eso yo soy primero”- ha desterrado la conducta social orientada a evitar acciones egoístas que atropellan la vida en comunidad. Esta distorsión de lo que ciertamente es justo -pensar en uno mismo no está mal, pero pensar siempre que uno está por encima del resto sí es negativo- promueve una agresividad en la interacción en distintos planos que, poco a poco, va dejando de ser pasiva para volverse activa y potencialmente peligrosa para mantener la armonía entre ciudadanos.

Un ejemplo: a pesar de las campañas -no muy intensas, por cierto- en medios de comunicación respecto de la obligatoriedad de manejar bicicletas y scooters (patinetes) únicamente en las pistas y así no invadir las veredas que son para los transeúntes, vemos que todos los días los ciclistas y los usuarios de estos patines eléctricos van a toda velocidad por la acera. En muchos casos, incomodando y, en las peores circunstancias, golpeando a quienes van a pie. Esta abierta falta de consideración hacia los demás es un síntoma -solo uno entre muchos otros- de la situación descrita previamente. Ser considerados debería hacer que ciclistas y patinadores, sin necesidad de que se los ordene una norma, no usen las veredas y dejen de poner en riesgo a los que caminan.

La consideración es una virtud que se aprende desde edades tempranas, en casa y en la escuela. Sin embargo, llega un momento en que, en medio del ecosistema social agresivo en el que se vive actualmente, los docentes y padres nos terminamos preguntando si será bueno para nuestros jóvenes que aprendan a ser considerados. ¿Y si eso, en el futuro, los convierte en personas extremadamente dóciles, incapaces de defenderse frente a la feroz competencia en las calles y trabajos? Lo principal es no perder de vista que, si queremos recuperar lo perdido, debemos promover la consideración como un aprendizaje indispensable y no solo de unos cuantos que aun se preocupen en educar bien a sus hijos. De esa forma será nuevamente un comportamiento inherente al crecimiento de todos. De lo contrario, las personas consideradas irán quedando cada vez más aisladas ante las mayorías que siguen aprendiendo a estar, por encima de cualquier otra cosa, en primera fila sin importar cuántas personas deba dejar atrás para lograr mis objetivos.

EL LINK

https://es.wikihow.com/ser-una-persona-considerada

EL DATO

  • Ser considerados hacia otros es una actitud cotidiana que no necesariamente se considere importante. Pero resulta que ser considerado hacia otros es parte integral de lo que significa ser humano, suaviza a la gente y los hace más maleables a la forma de pensar de la persona.
  • Investigaciones en el campo de la neurociencia demuestran que el cerebro humano reacciona de manera idéntica cuando se ve a otros sufrir un dolor cómo cuándo se experimenta el dolor directamente. Observar una persona experimentar dolor activa dentro del cerebro la estructura profunda responsable de nutrir el comportamiento.
  • El altruismo puede ser un arma de doble filo para las personas consideradas. Al priorizar las necesidades de otros sobre las propias, se hace felices a los demás y se crea un sentido de realización personal, pero con frecuencia se pierde la habilidad de decir “no” cuándo eso corresponde. Lograr este balance es tan importante como ser considerado.

Fuente: Blog Laszlo Beke.com

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