Estimados docentes: Hace cuatro décadas, cuando llegaba la Semana Santa, los niños que tuvimos entre diez y quince años en esas épocas no teníamos nada más que hacer lo que nos dijeran nuestros padres. No se escuchaba música, no se consumía carne y, el Viernes Santo, la familia se reunía en torno a la televisión para escuchar el Sermón de las Tres Horas, un programa que era transmitido por todos los canales de señal abierta, en el que un sacerdote -generalmente uno conocido- reflexionaba acerca de las siete palabras de Jesucristo en la cruz, ofreciendo una interpretación que se conectaba, de una u otra forma, nuestra vida cotidiana.

En general, sin las redes sociales dominando nuestra vida, la Semana Santa era un verdadero tiempo de reflexión familiar e individual, un espacio en el que las actividades habituales eran suspendidas en torno al tema espiritual asociado a la conmemoración de la última semana de Jesús, el Hijo de Dios para los creyentes en el Catolicismo, en la vida pública, tras lo cual resucitó en perdón de los pecados del mundo. De alguna manera, la prevalencia del mundo digital por encima del real ha transformado la vivencia religiosa que se percibe actualmente como un asunto absolutamente opcional y secundario.

Aun así, existen comunidades de distintas religiosas que son muy activas en internet y redes sociales, desde las de la Iglesia Católica hasta las de los grupos o sectas evangélicas, que poseen plataformas completas de culto y rituales. En líneas generales, las redes sociales contribuyen, por lo menos en un primer nivel de análisis, a hacer más generales los conocimientos acerca de las diversas religiones que existen. Ya en el plano más específico, existe una abierta falta de compatibilidad entre los contenidos espirituales y la búsqueda de permanente gratificación materialista que ofrece el consumo de internet y sus multimedios, perfiles de redes sociales y aplicaciones. Es una realidad que no admite mucho debate. Ustedes colegas ¿qué opinan?

EL LINK

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/12/121204_iglesias_20_ar

EL DATO

  • Instagram, YouTube, TikTok… Como en cualquier otra institución, la Iglesia no puede mantenerse al margen de la virtual forma de conectar con sus fieles o de captar nuevos. Por eso, cada vez son más los sacerdotes que se suben al carro de las redes sociales para publicar una homilía o una reflexión.
  • «Las redes sociales están dando una gran oportunidad a la Iglesia de hoy para intentar conectar con ese público que está alejado de la pregunta trascendente, y la clave es ver cómo enfocar esos mensajes a los distintos públicos», explica Carlos Luna, instructor y consultor de marketing religioso y pensamiento creativo.
  • «Hay sacerdotes que explican la doctrina de toda la vida, pero a través de vídeos muy dinámicos -cuenta este seminarista-. Se trata de aplicar la cosmovisión de amor a todos al conjunto de tecnologías más actuales y las últimas tendencias de redes sociales».

Fuente: Aragón Noticias.com

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