Estimados docentes: Es algo que vemos todos los días, especialmente en usuarias jóvenes de teléfonos celulares. Han tomado la costumbre de llevar sus equipos móviles no en su cartera, ni siquiera en su bolsillo. Lo colocan en la pretina de sus pantalones, en contacto directo con su cuerpo, a la altura de una zona extremadamente delicada para la mujer. Esto, que es una práctica habitual en las más jóvenes y adolescentes, puede convertirse en un riesgo potencial.
Desde hace años existe, en diversos círculos de debate tecnológico, médico y social, una teoría -no debidamente confirmada por cierto- de que las radiaciones que emiten los teléfonos celulares pueden ser peligrosas como agentes generadores de cáncer. Mientras no haya una investigación que demuestre al 100% lo contrario, sin embargo, necesitamos considerar que, cancerígenas o no, esa excesiva cercanía puede tener otro tipo de problemas para las chicas y adultas jóvenes que han desarrollado ese hábito. Hemos visto, por ejemplo, que los celulares se recalientan por el uso y la temperatura ambiental. En determinadas ocasiones, estos equipos han explotado ocasionando pequeños incidentes que pueden pasar a mayores.
Por otro lado, también se suele advertir que esas ondas electromagnéticas pueden llegar rápidamente al cerebro en cada llamada telefónica. Cada acción que realizan estos teléfonos -notificaciones, avisos, llamadas, vibraciones, etc.- puede tener de manera potencial un efecto invisible en la salud corporal interna. Es inevitable usar estos equipos pero, en todo caso, necesitamos dosificar la forma de hacerlo. Y no portarlos pegados a la piel. Otras afecciones están relacionadas a la luminosidad de las pantallas que terminan causando dolencias ópticas de toda clase.
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EL DATO
- A niveles muy elevados, las ondas de RF pueden llegar a calentar los tejidos del cuerpo (fundamento de cómo funcionan los hornos de microondas). Pero los niveles de energía emitidos por los teléfonos celulares son mucho menores, y no son suficientes como para aumentar las temperaturas del cuerpo.
- Los teléfonos celulares ajustan su potencia para utilizar la cantidad mínima y obtener una buena señal. Entre más alejada se encuentre la torre, se requerirá de más energía para conseguir una señal adecuada, así como al estar dentro de un edificio.
- En la mayoría de los casos ninguno de estos tipos de estudio provee suficiente evidencia por sí solos como para demostrar si algo causa cáncer en las personas. Por lo tanto, los investigadores usualmente analizan tanto los estudios con humanos como los estudios de laboratorio.
Fuente: American Cancer Society
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