Estimados docentes: La psicopedagoga argentina Liliana Gonzáles se ha convertido en una de las expertas más respetadas en el tema del vacío emocional que experimentan los niños y jóvenes cuando pasan demasiadas horas del día pegados a sus teléfonos, revisando a cada minuto sus perfiles en Facebook, Instagram, Snapchat y WhatsApp. Su observación coincide con la de otros estudios que han demostrado los peligros de despersonalización y aislamiento que llegan con el uso excesivo de esta nueva y revolucionaria forma de comunicarnos.
Como verán en el video y la entrevista que figura más abajo en esta nota, la doctora Gonzáles examina con palabras sencillas y ejemplos prácticos estos efectos nocivos que, sin lugar a dudas, repercuten en el estado de ánimo de los adolescentes y, como consecuencia de ello, traen también resultados poco auspiciosos en su rendimiento escolar.
Por ello es necesario que, como docentes, reflexionemos respecto a todas las cosas que tienen que ver con el manejo y uso de las redes sociales, para evitar que nuestros alumnos e hijos caigan en prácticas excesivas que echen por tierra todo lo que se puede avanzar cuando se usan las TIC de manera adecuada e inteligente.
Nadie dice que uno no se pueda distraer pero, como ha quedado demostrado en más de una ocasión, los seres humanos desde nuestras más tempranas edades (niñez, adolescencia) no nos caracterizamos por tener autocontrol y solemos dejarnos llevar por aquellas cosas que nos ofrezcan distracción y entretenimiento sin esfuerzo. Y si a ello le sumamos los altos niveles de ansiedad y aislamiento que las redes producen en nosotros, la urgencia es aun mayor.
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EL DATO:
9 Peligros del excesivo uso de las redes sociales
El exceso de presencia en las redes sociales, la elevada exposición de nuestra vida, la revelación de datos que deben ser confidenciales ya son tema de debate entre padres y madres y objeto de estudio por parte de especialistas que cada día aportan datos nuevos sobre los peligros del mal uso de las redes sociales, en especial por parte de adolescentes y jóvenes, aunque estos problemas pueden aplicarse a cualquier usuario y rango de edad.
Falta de desconexión: La adicción a las redes sociales nos impide tomarnos el necesario descanso mental y físico que necesitamos durante vacaciones. Está comprobado que desconectar de las redes sociales aumenta nuestra felicidad y bienestar.
Adicción a las redes sociales en adolescentes: Esta elevada exposición al uso de las redes sociales es especialmente preocupante entre jóvenes y adolescentes. Muchos de ellos (aunque también muchos adultos) padecen nomofobia (adicción a las redes).
Baja autoestima y problemas de ansiedad: El comportamiento en algunas redes sociales tiene un efecto directo en la autoestima de los usuarios. Para muchos usuarios, la reacción de sus seguidores a cada publicación en Facebook, WhatsApp o Instagram puede conllevar problemas de ansiedad o de depresión, en especial en épocas conflictivas como la adolescencia.
Falta de separación entre vida real y social: El exceso de uso y la elevada exposición de nuestra vida en redes sociales trae consigo que no sepamos distinguir lo que pertenece al ámbito de nuestra vida real de lo que pertenece al mundo de las redes sociales.
Frustración y soledad: Puede resultar paradójico, pero un excesivo uso de las redes sociales puede estar relacionado con problemas de frustración y soledad. La necesidad constante de aprobación puede desembocar en problemas de frustración y aislamiento por parte de los usuarios.
Capacidad de sueño: El acceso universal a las redes sociales a través de nuestros dispositivos móviles está repercutiendo en nuestra capacidad de sueño. Según los estudios, un 25% de los usuarios de redes sociales se despiertan de madrugada o interrumpen su sueño para revisar si hay alguna novedad o qué actualizaciones se han producido en sus redes sociales.
Falta de capacidad de atención y retención: Uno de los peligros del uso de las redes sociales incide directamente en nuestra capacidad de atención y de reflexión. Cada vez se apuesta más por contenidos fugaces o de rápida caducidad lo que provoca que nuestra capacidad de retención de información se vea afectada.
Egocentrismo: Un 80% de los usuarios centra el uso de las redes sociales en hablar de sí mismo, de lo que le ocurre, de cómo se siente o de qué problemas le preocupan. Esto puede derivar en un narcisismo y en falta de empatía con los problemas de los demás.
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