Estimados docentes: La trágica muerte de un escolar de Secundaria, ocasionada por uno de sus compañeros de clase quien le disparó la pistola que había llevado a su salón “para presumir” le dio la vuelta al mundo. A primera vista, no habría nada más incompatible que un niño con una arma de fuego dentro de un salón de clase, pero resulta que en estos tiempos es mucho más común de lo que parece, a raíz de una subcultura que privilegia la agresividad, el poder y el temor que le puedes dar a los demás como símbolos de superioridad. Los maestros necesitamos reflexionar sobre estos temas como parte de las situaciones a las que estamos expuestos cotidianamente.

Nuestra experiencia como educadores nos permite entender que, a cierta edad, los alumnos buscan, de manera desesperada, establecer sus roles en el conjunto social que viven a diario en el aula. Los que se sienten líderes o los que se sienten influyentes, son tradicionales personajes que hemos visto en distintas épocas del desarrollo de nuestra profesión. Y cada una de estas actitudes tienen relación con la vida que llevamos, con el estado de la sociedad. Cuando Elvis Presley o James Dean eran el modelo masculino por excelencia, esto se reflejó en la escuela a través del afán por los adolescentes por ser el más popular, el más atractivo. ¿Por qué hoy, para presumir, un estudiante de colegio lleva entonces una pistola al salón?

La respuesta está en los estímulos que reciben las juventudes como parte de su desarrollo “normal”. Videojuegos, efectos especiales, historias de narcotraficantes que son famosos y viven rodeados de lujos, personajes de farándula que muestran agresividad como principal argumento. Esas influencias, que están en la televisión, en las noticias y en las películas, llegan al aula y se traducen en conductas peligrosas, que debemos detectar y prevenir para que no vuelvan a ocurrir desgracias como la del colegio en Villa El Salvador.

Si un padre o madre porta armas, ya sea porque pertenece a fuerzas del orden (policía, ejército, marina, fuerza aérea) o porque es un civil con licencia, lo obligatorio es que esa persona adulta las tenga bajo su absoluta custodia. Si las lleva encima por seguridad, jamás exhibirla de manera innecesaria. Y si la tiene guardada, debe estar bajo llave y lejos del alcance de sus hijos, y siempre insistir en que el uso de armas entre civiles no es deseable sino que se trata, por último, de un recurso extremo ante ataque inminente y defensa propia.

EL LINK

https://www.guiainfantil.com/educacion/temasespeciales/paz/armas.htm

EL DATO

  • En el 1998, más de 10 niños y adolescentes, menores de 19 años, murieron diariamente y su muerte se debió a heridas causadas por armas de fuego. Muchos más fueron heridos.
  • En el 1998, al 77% de los jóvenes de 13-19 años los mataron con un arma de fuego.
  • Hoy en día, en aproximadamente el 39% de todas las casas en los Estados Unidos se mantiene un arma de fuego y en el 24% se tiene un arma de mano.
  • Desde el 1993 hasta el 1997, un promedio anual de 1,409 niños y adolescentes se suicidaron con armas de fuego.
  • Las armas de fuego que se mantienen en las casas para protección tienen 22 veces mayor probabilidad de matar a un miembro de la familia o a un amigo que el ser usadas para matar en defensa propia.
  • No podemos hacer a los niños y adolescentes a prueba de balas. A los niños les gusta jugar y estar activos. Los adolescentes son curiosos e impulsivos. Tales características saludables, cuando se combinan con las armas de fuego, pueden causar la muerte.
  • La mejor manera de proteger a los niños contra la violencia de las armas de fuego es sacándolas todas de la casa. Si se tienen armas de fuego en la casa, siempre van a haber peligros.

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