Estimados docentes: El escenario puede ser cualquiera. En este caso, se trata de un popular restaurante, una pollería en un centro comercial. En una mesa, llena de platos -pollo, papas fritas, ensaladas y postres- y botellas de gaseosa, dos personas frente a frente, a la hora del almuerzo. Una es un hombre de unos 45 años y la otra, su hijo, de menos de 15. No se miran, no se hablan. El papá tiene los codos apoyados sobre la mesa y sostiene con ambas manos, un enorme celular. Se sonríe, se agita y usa frenéticamente los dedos para escribir y deslizar la pantallita de colores hacia arriba. El adolescente, con las piernas cruzadas sobre su silla, no toca la comida y tiene los ojos clavados en una tableta. Usa audífonos, gesticula y se sacude al ritmo del videojuego.

Esta escena patética tiene un título: Adicción a las redes sociales. ¿Qué nos ha pasado interiormente, cerebralmente, para preferir contestar un mensaje de WhatsApp o pasar al siguiente nivel de un juego irreal que mirar a tu hijo -o a tu padre- y comentar algo sobre lo increíble que es estar vivos, sobre la música de fondo del restaurante, sobre el futuro de la familia, sobre la belleza de la mamá que no está porque quizás esté trabajando o quizá, en el peor de los casos, ya no esté entre nosotros, entre los vivos?

La adicción a las redes sociales es estimulada a diario por la televisión, la publicidad, la sociedad de consumo y, por supuesto, las mismas redes, con internet como principal contenedor de distracciones. Disfrazándose de gran apoyo para la comunicación y la educación, las redes sociales nos tienen cautivos y hacen que, poco a poco, y por íntimas razones evolutivas, consideremos que nada importa más que actualizar tu perfil, publicar tu estado, compartir tus actividades con el mundo online. En el camino nos deshumanizamos a velocidad de avión ultrasónico. Debemos hacer algo para contrarrestar ello. Y para eso primero debemos aceptar que eso que todos hacemos, dar preferencia a las redes virtuales que a las reales, está mal. ¿Podremos?

EL LINK

https://conecta.tec.mx/es/noticias/nacional/salud/6-consejos-para-evitar-la-adiccion-redes-sociales

EL DATO

  • La ansiedad por permanecer conectados a las redes sociales, wassapear o ‘morir’ si se desconecta del ciberespacio, es una enfermedad de carácter psicológico denominada nomofobia.
  • El abuso en el uso de redes sociales se podría considerar como una adicción. De acuerdo con algunos estudios, podría ser más adictivo que el tabaco y el alcohol; los jóvenes, en especial las mujeres, son más vulnerables a esta dependencia”.
  • En ese sentido, las comunidades virtuales se convierten en un medio que facilita la socialización, la comunicación, el compartir cosas en común, contribuye a rehuir de la soledad, que para muchas personas es difícil de enfrentar. El uso de las redes se convierte en un hábito.

Fuente: Portafolio.co

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