Estimados docentes: Muchos piensan que la suerte no existe. Pero, detrás de esa negativa postura frente a los buenos o malos designios de la fortuna oponen algo que suena aun más esotérico: el poder de crear nuestro propio destino y no solo a través de acciones -lo cual es, al final de cuentas, lo más cercano a la realidad- sino que, además, añaden elementos mágico-religiosos o metafísicos que se entremezclan, confunden o definitivamente se alejan de aquellos hallazgos de la neurociencia relacionados a la influencia de diversos químicos cerebrales que pueden estimular el ánimo y crear una atmósfera positiva para nuestras actividades.

Con respecto a los rituales, son una serie de comportamientos cíclicos y, hasta cierto punto, compulsivos, que ejecutamos todos, incluso cuando no tengamos fe ciega en sus resultados. Realizar rituales para atraer a la buena suerte entonces termina siendo una actividad muy inherente al ser humano, de raigambre ancestral: las danzas para llamar a la lluvia que era buena para la cosecha, por ejemplo; o evitar que se derrame la sal para alejar al infortunio.

Cada cambio de año nos encuentra a (casi) todos organizando todo para llevar adelante estas cábalas o rituales, diseñados hace mucho tiempo a partir de diversas simbologías como colores, frutas, conductas, prendas de vestir, etc., para que el próximo ciclo que inicia el 1 de enero nos depare buenos momentos y mejores resultados en nuestros proyectos, trabajos, relaciones, etc.

¿Cuál es tu ritual favorito para despedir al año viejo y recibir al nuevo?

EL LINK

https://www.diainternacionalde.com/ficha/anyo-nuevo

EL DATO

  • Como cada fin de año, la gente se prepara para cumplir con una serie de cábalas para despedir este ciclo de doce meses que concluye y recibir, con ilusiones y esperanzas, el que se inicia.
  • A diferencia de la Navidad, en la cual celebramos un acontecimiento íntimamente ligado a la religión católica -el nacimiento del Mesías- durante la Noche de Año Nuevo la población se entrega a diversas prácticas de superstición opuestas de manera diametral a la fe que nos congregó frente al pesebre de Belén, hace apenas una semana.
  • La religión nos invita a la reflexión, la oración y la confianza en que el Dios en el que cree la gran mayoría de peruanos hará realidad nuestros sueños si nos portamos bien. En cambio, para el Año Nuevo echamos mano a diversos rituales que nos ayudarán a invocar a la buena suerte. Casualidad o no, estas costumbres hacen que pasemos de la fe a la superstición en un abrir y cerrar de ojos.

Fuente: Blog Derrama

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