Estimados docentes: Como ocurre siempre cuando hablamos de tecnología, cada nuevo aparato o herramienta (software, hardware, aplicativo, etc.) toma su nombre de cosas que ya existen o forman sus denominaciones uniendo partículas -generalmente en inglés- de los nombres de sus componentes, ya sea como siglas o como juegos de palabras. Por ejemplo, la página de videos YouTube usa el término coloquial “tube” que sirve en inglés para denominar a la televisión, unida al pronombre de segunda persona “tú”. La frase comprimida resume la idea de que uno mismo -tú- puedes hacer televisión. Otro ejemplo, la Wikipedia es unión de “wiki” -nombre que se usa para denominar una entrada de información comprimida sobre determinado tema que puede editarse rápidamente, debido al origen de la partícula “wiki” que significa rápido en hawaiano-; y “pedía”, la segunda parte de la palabra “enciclopedia” que, a su vez proviene del latín y del griego, donde “enciclo” es grande o amplio y “pedía” es educación.
Asimismo, la tan de moda “inteligencia artificial” no es tan nueva como muchos creen. De hecho, lo que estamos experimentando y usando actualmente es solo el paso más reciente de la evolución de una disciplina científica que existe desde hace casi setenta años. A mediados de los años cincuenta del siglo pasado comenzó a hablarse de una “inteligencia artificial” para crear un término que sirva de paraguas para diversos proyectos científicos e ideas que, un poco más cercanas a la ciencia ficción que a las posibilidades de llevarlas a cabo, planteaban la creación de cerebros robóticos y procesadores de información, intentos que terminaron originando la computación y, posteriormente, la internet.
Cuestiones como el Chat GPT y los aplicativos para generación de videos o alteración de voces, entonces, son novedades pero la inteligencia artificial en sí misma, no lo es. Desde hace muchos años el ser humano fantasea con la posibilidad de replicar, a través de la tecnología, las capacidades sorprendentes de su propio cerebro, una manera de sistematizar y mecanizar procesos humanos que son naturales y poco difíciles de empaquetar en un programa. Además, y de manera similar a todo adelante tecnológico de cualquier tipo, las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial se ofrecen al mundo como herramientas para “hacer nuestra vida más fácil”. Sin embargo, los problemas éticos asociados a la posibilidad de alterar la realidad -algo que, en su momento, pasó también con la clonación de la genética y los ADN- están produciendo interesantes y necesarios debates respecto de si la IA es un beneficio o un perjuicio para la humanidad y su desarrollo.
Ustedes colegas, ¿qué piensan de esto?
EL LINK
https://www.iberdrola.com/innovacion/que-es-inteligencia-artificial
EL DATO
- La inteligencia artificial (IA) es una disciplina científica que nació oficialmente en 1956 en el Dartmouth College, en Hanover (Estados Unidos), durante un curso de verano organizado por cuatro investigadores estadounidenses: John McCarthy, Marvin Minsky, Nathaniel Rochester y Claude Shannon.
- Sin embargo, el éxito de la expresión “inteligencia artificial” se debe a veces a un malentendido cuando se la utiliza para referirse a un ente artificial dotado de inteligencia y, por lo tanto, capaz de rivalizar con el ser humano.
- Desde 2010, la potencia de las máquinas permite aprovechar los macrodatos o inteligencia de datos (big data) con técnicas de aprendizaje profundo (deep learning), que se basan en el uso de redes neuronales formales. Algunas aplicaciones muy prometedoras en diversas áreas (reconocimiento de voz, de imágenes, comprensión del lenguaje natural, vehículos autónomos, etc.) hacen pensar en un resurgimiento de la IA.
Fuente: Unesco.org
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