Estimados docentes: Memorizar es el acto de acumular, en nuestra memoria, información, datos, nombres y fechas, sonidos y sabores, calles y avenidas, rutas, cantidades y medidas. La capacidad de nuestro cerebro para almacenar esta clase de información es simplemente sorprendente. Antes que cualquier disco duro, el cerebro humano ofreció a nuestra especie la posibilidad de aprender y guardar todo ese conglomerado de datos que, en su vida futura, le permitirá tomar decisiones, emprender proyectos, superar etapas académicas, laborales y personales.

Tener buena memoria es, además, una cualidad que no llega sola sino que es resultado del trabajo, de ejercitar la mente con lecturas, con cálculos, con atención. La memoria es fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje, porque facultad al individuo en formación a procesar aquellas informaciones que le sean de utilidad para comprender una materia, establecer un contexto, asociar ideas en situaciones espacio-temporales. Sin embargo, durante años, la memoria ha sido injustamente satanizada.

Una de las mayores críticas a la educación convencional se basa en considerar que al “memorizar todo” se deja de lado la reflexión, la comprensión profunda de un tema. Ocurre que, en ese sentido, lo que debemos evitar es el mal uso de la memoria. No solo se trata de aprovechar esta capacidad mecánica de almacenaje de datos para usos inmediatos -un examen, un trabajo semestral- sino que sea la base sobre la cual orientemos a nuestros estudiantes a sacar sus propias conclusiones, incorporando a sus conocimientos esas informaciones pasadas que hacen más lógica la evolución de las ideas, las personas, los acontecimientos y las sociedades.

Los docentes modernos no solo no debemos satanizar la extraordinaria capacidad humana de memorizar, almacenar datos y recordar a voluntad, sino que necesitamos promover su reincorporación al sistema de enseñanza-aprendizaje, a la experiencia educativa y a la vida diaria de nuestros estudiantes, colegas, amigos y familiares. En estos tiempos en que las computadoras, los teléfonos inteligentes y la IA pretenden robarle protagonismo a nuestro cerebro, recuperar su valor como instrumento educativo es de vital importancia para no contribuir, en nuestro rol pasivo de usuarios de la tecnología, a la deshumanización del proceso educativo.

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EL DATO

  • La mente humana es curiosa. A veces recordamos algo aleatorio, fuera de contexto, que un amigo nos contó hace 17 años y nos sorprende cuánto espacio de guardado tenemos ahí arriba (dato curioso: 2,5 petabytes). Otras veces uno sale de la oficina o cierra sesión en Zoom y, al segundo, siente que se le ha borrado todo de la memoria.
  • Tener una mejor memoria no solo es útil para recordar una receta familiar, también es una habilidad muy importante para aplicar en el trabajo. Puede servir para recordar el nombre de alguien que conociste en una conferencia o números y fechas en alguna reunión de equipo. Tener buena memoria siempre es útil para los negocios.
  • Todo lo anterior son los conceptos básicos del proceso de memorización. Ahora, profundicemos un poco acerca de cómo puedes hacer que tu cerebro memorice mejor. Dependiendo de cómo funcione tu mente, podrás descubrir qué técnicas de memorización verbal o visual te resultan más útiles para retener mejor ciertos datos.

Fuente: Asana.com

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