Estimados docentes: La educación moderna propone una serie de conceptos nuevos, que buscan ampliar el sentido tradicional de lo que siempre se entendió como proceso de aprendizaje. Según esta visión clásica, el individuo se educaba en los aspectos básicos de la convivencia, la comunicación verbal y no verbal, la interacción social, etc., durante su etapa escolar (en promedio, once años en la mayoría de sistemas educativos del mundo) para luego pasar a otras etapas como la formación laboral, académica, técnica, deportiva, etc.
Sin embargo, desde hace ya algunos años se viene hablando, en círculos expertos en la evolución del pensamiento educativo, del aprendizaje para y durante toda la vida. Si bien es cierto existe un adagio o dicho muy popular, según el cual “uno nunca deja de aprender”, han tenido que pasar varias décadas para que ese principio de continuidad en la educación se aplique de manera concreta, como parte del proceso de enseñanza y, más allá, como un objetivo a alcanzar.
Por un lado, el aprendizaje de por vida o para la vida supone que cada saber o cada conocimiento impartido tenga, en la persona que lo recibe, la potencialidad de ser aplicable a lo largo de su vida y no solo en el momento en que lo recibe (Inicial, Primaria, Secundaria, para cumplir programas específicos o aprobar cursos). Y, por otro lado, está el hecho que resumía el dicho citado líneas arriba, que el individuo nunca deje de estar atento a lo nuevo, a aquello que no sabe y que, dependiendo de las circunstancias, puede necesitar aprender a edades en las que ya hayan sido superados los niveles de la educación básica regular.
Tendencias como la educación para el trabajo y la educación continua de adultos y adultos mayores son parte de esta nueva forma de entender el proceso formativo de una persona, no como algo amarrado a etapas sino una presencia permanente desde el nacimiento hasta la muerte de una persona.
EL LINK
http://www.paueducation.com/la-importancia-del-aprendizaje-a-lo-largo-de-la-vida/
EL DATO
La escuela no puede mostrar una dicotomía entre la teoría y la práctica; el aprendizaje debe contemplar esas dos partes, inseparables, necesarias para que se genere una asimilación real y significativa de los contenidos transmitidos.
De este modo, en el aprendizaje para la vida no solo se pretende reconciliar la dimensión cognitiva con la dimensión ética de la persona, sino que además se persigue la inclusión de todas las capacidades por medio de tareas prácticas, variadas en su realización y explicación, y en las que el alumnado tenga la sensación de que solo está jugando. Porque el juego tiene un papel fundamental como camuflaje de los contenidos.
Es evidente que el estudiante debe comprender, entender y manejar unos contenidos que le permitan asimilar los aprendizajes de forma significativa. Para ello es necesario también hacer ejercicios mecánicos y memorísticos. Pero esto no quiere decir que todas las tareas vayan únicamente en esa línea.
Fuente: Educación 3.0
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