Aprendo en Casa (Inicial): Las relaciones familiares

Estimados docentes: Estamos en una época difícil para las relaciones familiares tal y como las conocemos desde prácticamente siempre. No podemos, por seguridad sanitaria, reunirnos y compartir, en torno a una mesa, comidas y bebidas. No podemos abrazarnos ni saludarnos/despedirnos con besos en las mejillas. Hoy las conversaciones se dan por Zoom. Pero eso no debe impedirnos enseñar, en Inicial, la importancia de cultivar afectos entre nuestros familiares.

Desde antes del COVID-19 nuestra forma de vivir en familia ya había sufrido cambios que deterioraron las tradiciones. La internet y las redes sociales nos alejaron de las sobremesas –algo que también había ocurrido con la televisión en los años cuarenta del siglo pasado- de una manera más intensa y alevosa. Los jóvenes ya no consideran importante las historias de sus abuelos o la interacción con sus primos de la misma edad. Prefieren el Instagram, el Facebook.

Pero es innegable que, aun en tiempos de la modernidad tecnológica que separa a las familias, o de la enfermedad que nos mantiene encerrados sin poder ampliar la red familiar presencial, sigue siendo fundamental para la formación de la personalidad el vínculo con los núcleos familiares. Desde el básico que está formado por papá, mamá, hermanos; hasta las ramificaciones siguientes que incluyen a abuelos, tíos, primos, cuñados, etc.

En este mundo tan despersonalizado, al final de las cuentas y salvo que hablemos de situaciones abiertamente disfuncionales o patológicas, los jóvenes en edad escolar no pueden confiar más en extraños que en sus familiares y seres queridos. Como dicen, la familia siempre estará allí para apoyar, hecha la salvedad por supuesto de que hay casos lamentables en que los familiares terminan siendo los perores enemigos (los casos de padres, abuelos, tíos o padrastros que abusan de los niños que tienen a su cargo son mucho más comunes de lo que quisiéramos).

En este capítulo de Aprendo en casa además, tenemos un entretenido inicio con la historia de los payasos y unas canciones sobre celebraciones regionales que forman parte de nuestra identidad.

EL LINK

https://www.unicef.es/educa/biblioteca/educacion-familia-covid-19

EL DATO

• Sabemos que la familia es el primer contexto de socialización, donde niños y niñas participan y se desarrollan activamente. También sabemos que, además, en un determinado momento la familia decide que ya puede abrirse a un nuevo contexto: la escuela, confiando la complementación de su educación a su profesorado.
• Cuando esto sucede, la criatura no es un ser pasivo y, como constructora activa de sus relaciones personales, atraviesa una fase de autorización y de construcción de lazos privilegiados con los adultos con los que se relaciona habitualmente en la escuela.
• Por la singularidad de la etapa de los cero a los seis años y los vínculos afectivos que se crean, sin olvidar el derecho a la estabilidad y continuidad de sus relaciones personales, es necesario que reflexionemos sobre la importancia de establecer una unión entre la escuela y la familia, para que puedan crecer sin crispaciones, conflictos o ambigüedades y lo hagan de una manera amable y armónica consigo mismas y con el medio (físico, cultural y social) que les rodea.
• La vida psíquica de un niño y niña comienza por la satisfacción de sus necesidades auténticas, no sólo fisiológicas (alimentación, higiene…). Necesitan amor, afecto y estima, integración en un grupo, posibilidad de explorar e interactuar en el entorno que les rodea. Además necesitan relacionarse entre sí y con el medio físico y humano en el que viven.

Fuente: El Diario de la Educación.com