Estimados docentes: La música y el movimiento en Educación Inicial son nuestros principales insumos para estimular los sentidos de los más pequeñitos. Incluso ya están bastante internalizadas en varias generaciones de maestros -por lo menos tres promociones diferentes- las teorías de estimulaciones tempranas al neonato, a través de melodías que susciten emociones y locomociones en el claustro materno (el efecto Mozart es una de las famosas, pero hay otras).
En ese sentido, siempre será 100% preferible estimular a los infantes con cualquier manifestación sonora del pasado que con las tendencias actuales. Lamentablemente, la música que los padres jóvenes suelen escuchar en radios y celulares en esta parte del mundo -reggaetón, cumbia- si bien es cierto contiene varios elementos de ritmo, son tan repetitivas y pobres que en lugar de estimular, convierte a los pequeños oyentes en autómatas incapaces de reconocer otras tonalidades, otras cadencias. Y si a ese golpeteo le sumas el tráfico, el claxon, los gritos de la calle y demás contaminaciones auditivas, terminará formándose un cerebro proclive a la neurosis y el aturdimiento antes de aprender a leer y escribir.
Desarrollar una cultura auditiva óptima desde años tempranos también abre las puertas de la sensibilidad y la percepción para que, en el futuro, tanto el sentido del gusto estético asociado a qué escuchar, como los sentidos prácticos de la orientación, el equilibrio, la estabilidad, se ampliarán en el individuo y ello, al crecer, le dará capacidades y habilidades diferentes a las del resto formado en el sonido homogéneo, sin variantes, de las opciones de moda.
EL LINK
https://www.educ.ar/recursos/93122/jugar-a-moverse-con-los-sonidos
EL DATO
- Alrededor de los tres meses y medio de gestación, los bebés han desarrollado su oído y pueden sentir la voz de su mamá, papá y personas cercanas, la música más tranquilizadora y que los acompañará por mucho tiempo. Es por eso que dese hace siglos, las mujeres les hablan, susurran y cantan a sus hijos desde que están en el vientre.
- La música alegra el espíritu, calma la inquietud y nos transporta a otras dimensiones, paisajes y espacios. Es una forma de expresión natural en niños y niñas, que desde pequeños siguen ritmos, imitan movimientos y sonidos. Sólo hay que mantener este estímulo a lo largo de la crianza e incorporarla como una herramienta de comunicación, aprendizaje y expresión.
- En la comunidad siempre hay múltiples expresiones artísticas. Solo un pequeño esfuerzo y los niños y niñas podrán disfrutar toda la vida de la música. Iniciativas como ésta generan más participación, despiertan la imaginación y abren nuevos aprendizajes. La música está en todos lados.
Fuente: Crece Contigo.com
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