Estimados docentes: Generalmente solemos hacer distingos entre “razón” y “emoción”, casi contraponiéndolas, pues durante muchos años –en especial en discusiones políticas, religiosas, que oponen las ideas a las creencias- se ha considerado que una no puede contener a la otra y viceversa. Por ejemplo, si hablamos de la teoría evolutiva del ser humano, desde el hombre de las cavernas y sus cambios hasta llegar al homo sapiens, es imposible hacer ingresar en su cronología al Jardín del Edén, Adán y Eva, Caín y Abel. Si hablamos del soplo divino mencionar al big bang como el origen del universo podría catalogarse como una absoluta herejía. Y así.
Pero la verdad –o, en todo caso, una nueva pretensión de verdad- es que, como todo entre los seres humanos, hay cosas que responden a la razón y otras a la emoción, confluyen y se complementan. A veces puede parecer que se interrumpen y contradicen pero ¿qué es el ser humano sino eso, pura contradicción? El tema de este post, aunque no busca ser filosófico, tiene algo de ello. Razonar implica no solo aplicar la razón para todo proceso de aprendizaje. Razonar es, más bien, empujar al entendimiento a su máxima posibilidad para extraer lecciones hasta de lo más improbable.
En educación, se habla de aprender a razonar en ese sentido, buscar la comprensión más que el aprendizaje maquinal. Es cierto que se ha satanizado la memoria –un mecanismo cerebral fascinante, un disco duro con una interminable capacidad de almacenamiento que no necesita corriente eléctrica para activar sus sinapsis- pero el problema recae en que, al instrumentalizarse un paradigma educativo orientado a la productividad, a la mecanización, los atributos fantásticos de la memoria –guardar, reproducir, repetir, recordar- se usaron para ahorrar tiempo.
Es más fácil memorizar una frase complicada que entender su complicación. El cerebro de una persona hispanohablante sin mayores conocimientos de inglés puede memorizar la letra de una de los Beatles en tres minutos. Pero si se da a la tarea de traducir frase por frase, interpretar del inglés al español, entender los mensajes, las metáforas, de un idioma que no conoce, puede tomar varios días. En el contexto de un aprendizaje que va contra el tiempo, eso no es funcional. No sirve para el logro de objetivos.
Pero es importante que niños y adolescentes aprendan a razonar y aprendan razonando. Porque, en complicidad con la buena memoria, ese razonamiento –verbal, matemático, lógico- le permitirá que los conocimientos se fijen mejor en su sistema y enriquezcan su formación.
Sobre razonamiento matemático, ver este capítulo de Aprendo en Casa…
EL LINK
EL DATO
Beneficios de aprender a razonar desde niños
- Mejora su habilidad de pensar y solucionar problemas con mayor rapidez y eficiencia
- Aprenden a presentar ideas originales y propuestas diferentes
- Aprenden a explicarse mejor y a evaluar sus argumentos
- Ayuda a los pequeños a hacer un seguimiento de su progreso y eleva su autoestima.
- Valoran el aprender como un proceso importante y uno que no acaba en el aula, sino que sigue existiendo en la vida diaria
- Mejora la habilidad de expresar sus ideas
- Mejora su rendimiento
- Despierta aun más su curiosidad, algo fundamental para que sigan interesados en aprender
Fuente: Educo.org
El Razonamiento, nos permite ampliar nues
tros conocimientos,sin tener q’ apelar a la experiencia, también, sirve para justificar o
aportar razones, en favor de lo q’ conocemo
s, en sentido amplio, es la facultad q’permi
te resolver problemas, extraer conclusione
s, y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales
y activas entre ellos.
El Razonamiento, nos permite ampliar nues
tros conocimientos, sin tener q’ apelar a la
experiencia, tambien, sirve para justificar o
aportar razones, en favor de lo q’ conocemo
s, en sentido amplio, es la facultad, q’ permi
te resolver problemas, extraer conclusione
s, y aprender de manera consciente de los
hechos, estableciendo conexiones causales
y activas entre ellos.
Es la semilla del conocimiento cimentado y que los temblores no podran derrumbarlo.
Aprender razonando es como una semilla del conocimiento cimentado y que los temblores no podran derrumbarlo….