Estimados docentes: Un tema crucial en la vida escolar es la definición de la personalidad y la identidad social, a través del desarrollo de grupos de amistades que coinciden en intereses, gustos, actitudes y demás. Y es en el Nivel Secundaria en que estas interrelaciones traen una serie de desafíos, conflictos e incertidumbres que, bien manejadas, son siempre un activo importante para la consolidación de quiénes seremos en el futuro, durante la vida adulta.

La individualidad entra en cuestionamiento al momento de decidir qué tipo de persona quieren ser los estudiantes de Secundaria. Surgen las presiones sociales, los grupos diferenciados, los amigos y los enemigos. A veces, la orientación del maestro no pasa por tratar de ejercer control férreo sobre cómo se desenvuelve la interacción dentro y fuera del aula, sino de monitorear con ojo vigilante y sensible, para detectar casos de potenciales distorsiones. Nunca se va a vivir en una armonía absoluta en un aula con 25 personalidades en formación, pero incluso los desacuerdos y peleas pueden convertirse en ricas fuentes de aprendizaje, siempre y cuando no pasen a mayores ni involucren patologías que requieran otro tipo de intervención.

¿Cómo eran tus grupos de amigos en el colegio? En colegios mixtos, los “bandos” obvios son, por supuesto, niños y niñas. Dentro de cada universo se forman pequeñas entidades, las más estudiosas, los más palomillas, las más coquetas, los más peloteros, las más tecnológicas, los más callados, las más fiesteras, los más antisociales. Se juntan y desjuntan aleatoriamente, discuten y se amistan, colaboran entre sí. A veces algunas amistades escolares trascienden el espacio del colegio para hacerse más personales.

Las presiones sociales en la actualidad son más nocivas: si tienes el teléfono más caro, si tu papá gana más dinero, si eres o no capaz de hacer tal o cual cosa… Los docentes tenemos que estar atentos para apoyar a aquellos individuos que, por su propia forma de ser, son más solitarios y pueden desarrollar dudas sobre sí mismos al sentir que no encajan en ningún grupo, siendo así víctimas potenciales de bullying, ciberbullying, etc.

EL LINK

https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/teen/school/Paginas/Making-Friends-in-High-School.aspx

EL DATO

La amistad: un valor que se refuerza en la escuela

  • La promoción de la amistad es, sin duda, preocupación y ocupación de la escuela. Convencido de su trascendencia, expongo algunas reflexiones al respecto. Mi intención tan es sólo suscitar una especie de conflicto cognitivo presentando cuatro aspectos de la amistad a fin de que se refuerce y oriente las relaciones interpersonales, que en un colegio son abundantes e intensas.
  • Ayudar a crecer: El ejemplo y la comunicación de talentos operan proporcionalmente a las diferencias individuales, que orientadas hacia un mismo bien: hacer, saber y ser, se convierten en una fuerza de crecimiento. Cuando un alumno cumple con su responsabilidad escolar revela que quiere el bien del otro y lo ayuda a su crecimiento. No portarse bien no es solo un asunto de infringir una regla, es obstaculizar que el compañero vaya por su bien.
  • Saber escuchar: Ciertamente, el hacer cosas juntos, el pasarla bien, el coincidir en intereses similares, el afecto y la simpatía… son prolegómenos de toda amistad. Por tanto, llegar al corazón o núcleo de la misma es solo posible a través del intercambio de subjetividades, de intimidades. Lo íntimo, lo propio -los pensamientos, los sentimientos, las creencias, las opiniones, los gustos…- solo se expresa porque se quiere y a quien se quiere, siempre y cuando ese ‘quien’ los valore y aprecie.
  • Hacer las paces: Anhelar la igualdad absoluta en el pensar, en el sentir y en el actuar entre todos los hombres es desconocer la naturaleza humana. Por eso la convivencia implica empeño y aprendizaje. Así como puede molestar la opinión de un compañero, ¿qué tiene de especial uno mismo para que su opinión sea aceptada por todos?

Fuente: Entre Educadores

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  • Los desacuerdos y peleas, pueden convertir
    se en ricas fuentes de aprendizaje, siempre
    y cuando no pasen a mayores, ni involucren
    patologías q’ requieran otro tipo de inter
    vención, ya q’ la presión social, es aquella in
    fluencia q’ ejercen las demás personas, so
    bre nuestras actitudes, valores, comporta
    mientos, pensamientos o nuestra conducta.

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