Estimados docentes: Parece una verdad de Perogrullo pero es siempre bueno repetirlo, en especial porque trabajamos con niños en edad de formación y adolescentes que proponen en su relación con las autoridades (profesores, auxiliares, padres, directores) un elemento de rebeldía natural para su etapa, que no hace fácil cumplir algunas recomendaciones, por muy buenas que sean para su salud y mejora cognitiva.

Es un hecho, comprobado por la neurociencia y los expertos en nutrición, que existe una realidad directa entre la alimentación que tenemos y nuestras capacidades de memoria y concentración. Por eso el tema de las loncheras saludables tiene hoy tanta vigencia, a pesar de que se enfrenta abiertamente a la publicidad de golosinas y comidas chatarras que sobre estimulan los gustos de nuestros alumnos, haciendo que prefieran todo lo dulce, salado, grasoso y artificial a una buena ensalada, una fruta natural o cereales y pescados ricos en DHA y Omega 3.

Tenemos, en ese terreno, que combinar los conocimientos científicos irrefutables –como los expuestos en el video que acompaña este post- con un acercamiento personal casi familiar a los alumnos y sus padres, ya que gran parte de los hábitos alimenticios se desarrollan no en el patio de la escuela sino en la propia mesa. Si damos ejemplo a nuestros hijos, desde pequeños, de alimentarse saludablemente, será más difícil que sucumban a la tentación de volverse viciosos a las gaseosas, galletas y demás. No es que comerse un chocolate esté prohibido pero debe dejar de ser la base de su alimentación, para conseguir un cerebro más desarrollado y alerta.

EL LINK

https://elpais.com/elpais/2015/04/13/buenavida/1428918256_439377.html

EL DATO

Se recomienda consumir nutrientes que ayuden al desarrollo mental. Entre otros alimentos, se recomienda la ingesta de:

  • Frutos secos, quesos, pescados y arroz: aportan fósforo, que mejora la memoria y el aprendizaje.
  • Legumbres y cereales: contienen hierro (su carencia se relaciona con problemas en la concentración y anemia).Frutas como banana, palta o tomates: cuentan con potasio, indispensable para el funcionamiento adecuado de la actividad neuronal y cerebral.
  • Productos con glucosa como lácteos, fruta y panes: es utilizada fuertemente durante procesos intelectuales.
  • Yogures, lácteos, pescados y mariscos: ayudan a incorporar yodo, un nutriente que favorece a la correcta actividad neuronal.
  • Crustáceos, cordero, chocolate y verduras como remolacha, lechuga, espinaca y zanahoria: otorgan zinc, que mejora la memoria y potencia las funciones motoras, cognitivas y psicosociales.
  • Vitaminas de complejo B: mejoran el funcionamiento del sistema nervioso, previniendo trastornos neurológicos y problemas psíquicos como la falta de concentración, el insomnio y la ansiedad. La vitamina B se puede encontrar en diversos alimentos como, por ejemplo, el riñón, pollo, papa y avena (B1); la leche, espinaca, zanahoria y miel (B2); el trigo, arroz, pescado e hígado (B3); yogures, queso, leche y vegetales verdes (B6); bacalao, frutas y verduras (B12).

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