Estimados docentes: Las noticias de los incendios forestales son transversales al mundo entero. Hace unos años fue en Brasil. Hace unos meses en Grecia. Y, en estos momentos, en las zonas de selva y sierra de Sudamérica, se están produciendo horrendos incendios en extensas zonas de territorio boscoso que están afectando de manera enorme la vida y el ecosistema de especies animales y vegetales, además de amenazar a las poblaciones que habitan en las cercanías con un aire contaminado, altamente tóxico.
Cada cierto tiempo vemos más noticias en esta dirección, anunciando tristes resultados del calentamiento global, que atacan nuestra vida: aumento de temperaturas en el verano, a niveles insoportables para la especie humana, con resultados fatales debido a enfermedades como los repentinos golpes de calor. Y en los inviernos, las afecciones respiratorias vulneran la salud de niños y ancianos, sobrepoblando las salas de emergencia de servicios de salud pública que, de por sí, ya tienen problemas de espacio y almacenamiento y que se convierten e, en este contexto, en fuentes adicionales de problemas de salud por las infecciones intrahospitalarias.
Han pasado ya varias décadas desde que los científicos más preocupados del planeta advirtieron a los gobernantes de los cinco continentes que la actividad industrial humana iba a generar efectos negativos irreversibles en los recursos energéticos, alimenticios y vitales como el aire y el agua. Sin embargo, las ambiciones de acumulación de ganancias monetarias sumada a la falta de previsión de los países, que consideraron “exageradas” estas predicciones basadas en proyecciones científicas, nos han colocado en una situación muy delicada como mundo. Con temperaturas que hacen difícil la vida de las personas, aguas contaminadas y aires irrespirables, bosques cada vez menos reforestados y especies animales que desaparecen, el colapso medioambiental parece estar más cerca de lo que podíamos avizorar.
Desde las aulas, nos toca hacer que las nuevas generaciones tomen conciencia de esta problemática, porque los niños y adolescentes de hoy necesitarán muchas más armas tecnológicas y de desarrollo personal para atravesar los tiempos difíciles que se avecinan, con capacidad para adaptarse y resiliencia a prueba de todo desafío.
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EL DATO
- La creciente demanda de recursos se debe a la urbanización, la industrialización y el aumento poblacional, que provocan graves consecuencias como la pérdida de biodiversidad, el estrés hídrico, el cambio climático y la contaminación atmosférica.
- Se prevé que el consumo mundial de recursos naturales aumente un 60% de aquí a 2060, en comparación con los niveles de 2020, según el informe Perspectivas de Recursos Globales 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Y ello después de que el uso de materiales se haya multiplicado por más de tres en los últimos 50 años, según el informe.
- El ritmo al que estamos utilizando los recursos de nuestro planeta está relacionado con casi todos los aspectos de nuestras vidas. Esta explotación es el principal motor de la triple crisis planetaria, definida por las Naciones Unidas como la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la crisis de la contaminación, según el IRP.
Fuente: Foro Económico Mundial
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