Estimados docentes: Todos hemos consumido, durante muchos años, esta clase de productos: Coca-Cola y sus afines, hamburguesas en cadenas muy conocidas como McDonald’s, Bembos, Burger King. Las papas fritas y las pizzas están entre las preferidas de millones de personas en el mundo entero, que consume de forma descontrolada aquellas cosas que deberían ser, si acaso, parte de nuestra dieta muy de vez en cuando, casi como una transgresión que uno podría permitirse para, como decimos en Latinoamérica “darnos un gustito”. Lo mismo ocurre con las golosinas, bebidas azucaradas de todo tipo y demás productos no alimenticios.

El problema actual radica en que, debido a la masificación, el encarecimiento de los productos sanos y nutritivos frente a estas comidas rápidas que son, en comparación, más accesibles -aunque cometeríamos un error si decimos que son baratas-, la publicidad y la naturaleza adictiva de todo lo que es azúcar, sal y grasas saturadas en exceso, hoy tenemos una población que en amplias cantidades exhibe niveles de obesidad nunca antes vistos. Las nuevas generaciones sufren de sobrepeso, diabetes e hipertensión arterial cuando ni siquiera han atravesado la barrera de los 15 años, lo cual les asegura un futuro muy difícil en cuanto a sus posibilidades de controlar masa corporal, peso y salud integral.

Estas enfermedades impactan negativamente en el rendimiento escolar, pues la excesiva gordura genera problemas de atención, exceso de somnolencia, fatiga permanente, sedentarismo. De igual manera, el consumo descontrolado de azúcar, sal y grasa congestiona la capacidad respiratoria, el flujo sanguíneo y el desarrollo cerebral. Por otro lado, como toda persona con diversos niveles de adicción, exhibe comportamientos irritables, agresivos e inestables cuando deja de consumir aquello que le gusta en demasía.

Ver aquí el documental de la cadena alemana Deutsche Welle en el que se detallan los problemas que ocasionan las grandes franquicias de comida rápida en diversos países del mundo, manipulando información e imponiendo sus productos en poblaciones enteras sin advertir los riesgos de su consumo.

EL LINK

https://thefoodtech.com/nutricion-y-salud/los-alimentos-ultraprocesados-pueden-ser-tan-adictivos-como-el-cigarro/

EL DATO

  • La comida rápida o comida basura es interesante por muchas causas: cómoda, económica y exquisita. Para los pequeños, que no en todos los casos comprenden las secuelas de los hábitos alimenticios sobre su salud, la comida rápida puede parecer singularmente apetecible.
  • La comida basura y los alimentos con contenido elevado de azúcar agotan los escenarios de energía y la aptitud de concentrarse a lo largo de largos periodos de tiempo. La energía y la concentración son imprescindibles para los pequeños en edad escolar.
  • El consumo de comida rápida en pequeños está relacionado con varios predecesores peligrosos de la obesidad. Los pequeños que comen frecuentemente comida basura tienen muchas más posibilidades de consumir una mayor proporción de calorías, grasas, hidratos de carbono y azúcares añadidos en esas comidas.

Fuente: Centro Pediatría.es

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