Estimados docentes: El funcionamiento del cuerpo humano es fantástico, es una maquinaria compleja y tan bien calibrada entre sus múltiples conexiones, sistemas y fluidos que pareciera invencible. Al mismo tiempo, tiene tal fragilidad que cualquier enfermedad, descuido, accidente o virus –como el que venimos padeciendo desde marzo del año pasado- puede, literalmente, destruirlo. Uno de los órganos más fascinantes es el ojo, capaz de registrar movimientos, distancias, colores, volúmenes, dimensiones y contextos a una velocidad y precisión sencillamente increíbles. Esto cuando funcionan bien, o medianamente bien.
Condiciones genéticas como la miopía, el astigmatismo, el daltonismo o la presbicia (asociada a la edad), así como enfermedades como las cataratas, desprendimiento de retina o glaucoma –quizás la más peligrosa de todas- son los principales enemigos de una buena visión, alterando e incluso amenazando con anular el sentido de la vista. La ceguera –parcial o total- es una de las discapacidades más difíciles de afrontar en términos laborales y de dependencia de otros, además de generar cuadros de depresión o decaimiento anímico. La ausencia de un ojo (de su capacidad de visión o su ausencia física) menoscaban en un 50% la confianza de cualquier persona.
Cuidar y conocer nuestros ojos es, por ello, muy importante. El uso de lentes (anteojos) normales o de contacto es uno de los avances más importantes de la medicina humana. Hoy es, por supuesto, toda una industria que incluso está incluida –desde hace muchas décadas, por cierto- en el rubro “accesorios” del mundo de la moda, con modelos exclusivos y lujosos que ya no necesariamente cumplen una función correctora, aunque los lentes de medida también han ingresado a esa dinámica en virtud de la estética.
Finalmente, antes de dejarlos con este documental que trata sobre cómo funcionan nuestros ojos, estos órganos son muy importantes para la educación. Ver, y hacerlo lo mejor posible (ya sea por buena genética o por oportuna corrección de algún defecto o enfermedad) garantiza una mejor capacidad para leer, para entender señales, para interpretar gestos y miradas, etc.
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EL DATO
- Los científicos estiman que la persona promedio puede ver al menos un millón de colores gracias a las células cono del ojo, las cuales envían signos al cerebro que nos permiten percibir distintas tonalidades. Si eso suena impresionante, ten en cuenta que las personas con una anomalía poco común llamada tetracromatismo tienen una célula cono de más y, como resultado, pueden ver hasta 100 millones de colores.
- Parpadear mantiene tus ojos lubricados y los protege del polvo y las impurezas, lo que podría explicar por qué parpadeamos tanto: la persona promedio parpadea entre 15 y 20 veces por minuto, o entre 14,400 y 19,200 veces al día. Esto equivale al 10% del tiempo que pasas despierto o más de 5 millones de veces al año.
- La vista no solo depende de lo que ven los ojos. Los ojos captan la información visual, pero más de 30 zonas del cerebro la procesan. Las ilusiones ópticas, por ejemplo, ocurren cuando el cerebro interpreta incorrectamente lo que ven tus ojos o cuando crea una nueva imagen que no existe.
Fuente: AARP.org
Fumcio’n de los ojos:
La retina esta’ ubicada en el fondo del ojo,
cuenta con millones de ce’lulas q’ son sen
sibles a la luz, la retina toma la luz q» recibe
y la transforma en señales nerviosas para
que el cerebro pueda comprender lo que
ve el ojo.