Estimados docentes: El estrés docente –que algunos ahora llaman “síndrome burnout”, un anglicismo que podríamos traducir como “quemado” o “harto”- ya existía antes de pandemia: las presiones por cumplir objetivos, los problemas de salario, la necesidad de adaptarse a la tecnología, la cantidad de horas dando clase, la confluencia en el aula de infinidad de problemas entre los estudiantes, el bullying, entre otras situaciones, han hecho de la profesión una de las que mayor carga emocional ejerce sobre un individuo.
Y en tiempos actuales, este estrés docente no ha hecho más que aumentar. Y con cuestiones extra pedagógicas como por ejemplo el temor a infectarse de coronavirus, la incertidumbre laboral, la imposibilidad de llegar bien a los alumnos a través de la tecnología, el aumento de carga laboral que llega con estar “todo el tiempo” disponible por las características intrínsecas del trabajo remoto. En fin, una suma de fuentes de estrés, agotamiento mental y físico que pueden llegar a convertirse en serios y crónicos males que afecten nuestro funcionamiento diario.
Por eso es necesario complementar nuestra jornada con la revisión de aquellas recomendaciones que, sobre la base de la psicología, la inteligencia emocional y la neurociencia, nos ayuden a aliviar ese estrés docente de la mejor manera posible, según cada caso. No nos libraremos al 100% de preocupaciones, temores y días difíciles, eso sería mentir. Pero la idea es estar listos para afrontar estas situaciones con una actitud positiva y sana, que nos haga salir airosos de cualquier duda o eventualidad amenazante para nuestra tranquilidad y estabilidad emocional y profesional.
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EL DATO
- En los últimos años venía preocupando el aumento de la violencia en las aulas, los casos de acoso sufridos por los profesores, la falta de capacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías o el exceso de trabajo como principales factores estresores. Los efectos de la pandemia han modificado sustancialmente la situación, pero el estrés docente no disminuye ni desaparece: lo que cambia es el peso o la importancia de los diferentes factores estresantes.
- La mayoría de artículos y estudios que se han publicado tratan sobre los problemas de los estudiantes para afrontar la disrupción provocada por la COVID, incluso de los problemas que tienen los padres del alumnado de cierta edad para conciliar su situación laborar con la realidad actual. Pero son muy pocos los autores que han profundizado sobre el estrés docente en esta situación.
- Aplicando esta definición al mundo de la docencia, los estudiosos del tema concluyen que el estrés docente puede explicarse de dos formas: a) El profesor percibe las exigencias de su puesto como difíciles o imposibles de realizar satisfactoriamente, b) El profesor percibe que el no cumplimiento satisfactorio de dichas demandas es una amenaza a su autoestima o bienestar general.
Fuente: Fundación Horreum
Sentimientos, exigencias, ansiedad, angus
tia, preocupaciones personales, por los alumnos, familiares y la propia salud, en me
dio de la compleja situación q’atraviesa el
mundo y el pais, por el brote del COVID-19,
los profesores están enfrentando proble
mas educativos difíciles, de los cuales hay q’
tomar conciencia para autocuidar (Int.emo
cional) la salud psicologica y fisica o el peligro de contagio.
Efectivamente, un año difícil, un trabajo con estres, trabajo sobrecargado, directivos y especialistas que considerar o creen es un año regular o normal.Entonces docentes abandonados, desatendidos, poco fortalecidos, desamparados.