Estimados docentes: Luego de la pandemia y, habida cuenta de las múltiples complicaciones políticas, económicas y sociales que se están atravesando en diversos países del mundo -la crisis en Alemania, los rebrotes de la enfermedad en China, la convulsión política en el Perú, entre otros-, cabe preguntarse cuál es el sentido que debemos rescatar y resaltar de las fiestas navideñas.
A pesar de que las grandes tiendas comerciales siguen empeñadas en vivir la Navidad como una gran ocasión para vender más y más, con la complicidad militante de un grueso porcentaje de personas que saldrán estos días a comprar teléfonos carísimos, regalos superfluos e innecesarios, cantidades y cantidades de cosas hechas a base de plástico, etc., existe la noción de recuperar, más allá de la avalancha de comerciales y obligaciones materiales que cumplir, el espíritu verdadero de la Navidad.
En paralelo a los mensajes de ofertas, campañas, avisos luminosos y productos, se publican mensajes de amor y armonía en el hogar, unión familiar y paz mundial. Estas contradicciones son producidas en serie, en todos los países del mundo, desde hace décadas. Y es poco probable abstraerse de manera absoluta de ello. De una u otra forma, hasta las personas más conscientes de este callejón sin salida terminan involucrados en la búsqueda del mejor regalo, la comida más costosa, la adquisición de cosas.
Por eso, de lo que se trata al poner este tema sobre la mesa no es a negar la forma en que se vive en el mundo moderno estas fechas, sino en alcanzar un equilibrio y no contribuir al desenfreno comercial sin control. Ser solidarios, compartir con los que menos tienen, no generar tantos desperdicios contaminantes, son pequeñas acciones que, replicadas en cadena, pueden reconectarnos con el verdadero espíritu navideño, que no está en ninguna tienda sino en el corazón de cada uno, en la familia y los seres queridos.
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EL DATO
- La Navidad no se celebra igual en cada familia, sino que tiene un enfoque diferente. Para algunas el verdadero sentido de la Navidad es el nacimiento del Niño Jesús, por lo que tiene una base religiosa.
- Para otras familias, la Navidad es un momento de magia, ilusión y oportunidad de estar en familia. Esta oportunidad debe vivirse y resaltarse como lo prioritario y que los hijos aprendan a vivir la Navidad dando protagonismo a la esencia de la familia, a compartir y vivir momentos y a desarrollar la ilusión de querer compartirlos.
- Es un momento especial para analizar todo lo que tienen y lo afortunados que son por tenerlo. Tengan mucho o poco, y no nos referimos a lo material exclusivamente, deben saber valorarlo y agradecerlo y pensar en las personas que puedan tener menos.
Fuente: Compartir en Familia.com
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