Estimados docentes: Cuando éramos niños o adolescentes no existían los teléfonos celulares, los coloridos juegos que hoy se descargan desde Google Play Store ni las sofisticadas e hiperrealistas plataformas y consolas de videojuegos, una extensión del rudimentario Atari de hace cuarenta años. Los niños o adolescentes de antaño nos divertíamos con lo básico, un set de bolitas de vidrio que hacíamos chocar, una pelota, unos bloques y palos de madera.
Sin embargo, en los años setenta apareció lo que en algunos casos se conoció como “cubo mágico”, seis caras cuadradas de diferentes colores, subdivididas en nueve cuadrados más pequeños, en la que cada hilera tiene capacidad de ser trasladada en todos los sentidos posibles: de izquierda a derecha y de arriba abajo. La idea era acomodar todos estos bloques, unidos en su interior por un mismo eje, para que todas las caras coincidan con un color distinto. La operación podía tomar horas, días y hasta meses.
Este juguete matemático fue la obsesión de muchos de nosotros en esos años sin internet ni redes sociales. Su creador, un arquitecto nacido en Hungría, aun vive y ofrece una interesante entrevista que puedes encontrar completa aquí. El Cubo de Rubik -que debe su nombre al mencionado inventor, Ernő Rubik, es hasta ahora uno de los aparatos tecnológicos más populares e incluso hay, alrededor del mundo, concursos para premiar a los que lo resuelvan con más velocidad.
¿Conoces los cubos de Rubik?
EL LINK
https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/beneficios-educativos-cubo-rubik/
EL DATO
- El cubo de Rubik toma su nombre de su creador, el escultor, diseñador y profesor de arquitectura húngaro Ernő Rubik, nacido el 13 de julio de 1944. En 1974, Rubik patentó su creación en Hungría y en 1977 se comenzó a comercializar en el país.
- A pesar de la enorme popularidad lograda, originalmente Ernő Rubik no quería crear un rompecabezas, sino que estaba investigando el problema estructural de cómo se podían mover los bloques de forma independiente sin que se desmontara el cubo.
- Sobre todo lo anterior, la gran incógnita que durante décadas intrigó a los matemáticos fue el número máximo de movimientos necesarios para resolver el cubo desde cualquiera de las más de 43 trillones de posiciones posibles, incluso la más desfavorable.
Fuente: Open Mind (BBVA)
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