Estimados docentes: La inteligencia artificial ofrece ilimitadas opciones de exploración tecnológica e implementación de nuevas herramientas para reforzar y dar soporte al proceso de enseñanza y aprendizaje en tiempos modernos. Sus aplicaciones, bien utilizadas, constituyen una puerta de acceso a la comprensión de procesos creativos y utilitarios que pueden permitir una mayor adaptación a los nuevos ambientes educativos que forman la pedagogía moderna.
Existen, por supuesto, riesgos. Y los vemos diariamente, en los usos y hábitos negativos que muchos cibernautas promueven desde las redes, tan presentes en la vida cotidiana de grandes y chicos. Comportamientos que, en principio, aparecen como lúdicos y entretenidos, logran ser rápidamente transformados en formas de ver y pensar repetitivas y distractivas, desconectadas de la atención y la sensibilidad emocional que confirman la base para cualquier objetivo didáctico. Hasta el juego más positivo puede volverse infértil si no viene acompañado de una carga emocional y cognitiva suficientemente fuerte como para convertirse en conocimientos que puedan aplicarse a otras áreas de la vida.
Hace treinta o cuarenta años, los niños y niñas aprendían a vivir y socializar corriendo en los parques y plazas, reunidos en una esquina, jugando en equipos deportes como futbol, vóley, beisbol o aquellas rutinas urbanas de juegos barriales que hoy nadie recuerda, desde las escondidas hasta los siete pecados. Actualmente, la inteligencia artificial tiene las capacidades para suplir esa clase de actividades, con experiencias interactivas virtuales que impulsen la imaginación y la hagan destacar con un desarrollo visual y sensorial estimable. Debemos acompañar esas potencialidades con algo de aquellas emociones orgánicas con las que las generaciones previas a la revolución tecnológica crecieron, para alcanzar un equilibrio. Ese, colegas, es el retro.
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EL DATO
- La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta revolucionaria en diversos campos, y la educación no es una excepción. Con avances rápidos en el aprendizaje automático y el procesamiento del lenguaje natural, la IA está cambiando la forma en que enseñamos y aprendemos.
- La educación es un proceso dinámico y personalizado que requiere adaptación continua. Aquí es donde la inteligencia artificial entra en juego. La IA en la educación se esfuerza por comprender las necesidades individuales de los estudiantes y proporcionar experiencias de aprendizaje personalizadas y efectivas.
- La inteligencia artificial está transformando rápidamente el panorama educativo. A medida que la tecnología continúa avanzando, es probable que veamos un aumento en la personalización del aprendizaje, la implementación generalizada de tutores virtuales inteligentes y evaluaciones automatizadas más sofisticadas. Sin embargo, es crucial recordar que la IA no reemplaza la importancia de los educadores.
Fuente: Escuela de Profesores del Perú
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