Estimados docentes: Aun cuando cada vez se está hablando de este tema en diversos medios –canales de televisión, páginas web, programas radiales- lo cierto es que no contamos todavía con una certeza de cuál es el verdadero impacto que está teniendo la pandemia en la salud mental y educativa de los distintos actores del proceso enseñanza-aprendizaje, que ha sufrido tantas alteraciones en estos dos últimos años.
Normalmente se dice, según los lineamientos de la ciencia pedagógica, que el centro neurálgico de la educación es o debe ser el niño, el estudiante. En ese sentido, las afectaciones a la salud emocional y afectiva de individuos en formación ya sean niños o adolescentes, deben ponerse en perspectiva y en primer lugar, cuando llegue el momento de elaborar alternativas de solución y mitigación de sus efectos. Como sabemos, las escuelas al estar cerradas dejaron de ofrecer ese espacio ideal y adecuado para la socialización y los aprendizajes vivenciales que son vitales para un crecimiento integral. La dependencia de la tecnología, que ya estaba a un nivel elevado antes de la pandemia, hoy se torna exagerada en términos de aislamiento. Por ello los maestros debemos estar muy atentos a las posibilidades que tengamos de ayudar a los estudiantes.
Pero los maestros también tenemos comprometida nuestra salud mental y emocional. La pandemia no solo ha traído tristeza ante la pérdida de conocidos o seres queridos sino también una fuerte sensación de incertidumbre laboral ¿Pudimos adaptarnos todos a los cambios? ¿Supimos sobrellevar las recargadas agendas, las dificultades para evaluar? Es un tema que deberá ocupar a los círculos académicos, educativos y, sobre todo, psicológicos para el futuro de nuestra profesión.
Y para cerrar el triángulo tenemos a los padres de familia. No es una cuestión definitiva, pero al parecer, detrás de los pedidos crecientes por el retorno a clases presenciales –aun cuando hay serios índices de contagios- están muchos padres y madres desesperados por regresar también a sus propias vidas, más allá de cuanto hayan ayudado o no a las actividades escolares de sus hijos en casa. Son aspectos humanos que todos debemos considerar de cara a la proximidad de un nuevo año lectivo.
EL LINK
EL DATO
- Sabemos que es importante estar ahí para los estudiantes, pero no siempre es obvio cómo apoyarlos, especialmente cuando los vemos a través de una pantalla parte del tiempo o todo el tiempo.
- Al mismo tiempo, los desafíos emocionales y sociales de la pandemia han hecho que sea aún más crucial que los maestros atiendan las necesidades de salud mental de los estudiantes. Estos son algunos consejos para hacerlo, tanto de forma remota como en persona.
- El aislamiento puede provocar sentimientos de depresión y ansiedad. Esto se ha vuelto especialmente evidente en los últimos meses. Si bien el distanciamiento social dificulta la construcción de vínculos interpersonales, ayudar a los estudiantes a formar relaciones sólidas en la escuela nunca ha sido tan importante.
Fuente: ChildMind.org
Considero que desde cualquier punto de vista la formación integral de estudiante se ha visto gravemente afectada ya que se ha visto troncado la socialización y en aprendizaje de este en cuanto al proceso enseñanza aprendizaje importante para su crecimiento integral
Estimado prof. Silvestre, buenos días. Muchas gracias por su comentario, esperamos que nuestras publicaciones sean de su agrado. Comparta, por favor, con sus contactos, colegas y personas interesadas en estos temas educativos.
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Pero, si el animal es criado y/o alimentado de manera natural , su leche sería superior especial para el ser humano, ya que contiene muchos nutrientes y ayuda al sistema iinmunologico., entre otros.
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Desde el punto de vista del bienestar emocional, aunque el estudio detectó la presencia de diversas sintomatologías más del 30% de los estudiantes presentan síntomas extremadamente severos de stréss, ansiedad y depresión , no más de un 22% de los alumnos ha recibido algún tipo de atención en salud mental.