Estimados docentes: Videos de reggaetón. Tiendas de ropa. Programas de entretenimiento y realities. Niñas y adolescentes pintadas y vestidas como modelos. Niños y adolescentes en automóviles de lujo, sentados en oficinas o rodeados de cosas para adultos. Resulta increíble que medios de comunicación y autoridades “no se den cuenta” de que, de estas cosas, socialmente aceptadas, al abuso infantil y la pornografía infantil hay apenas un paso.
Y esa indiferencia ante una realidad preocupante y oscura que sí es vista y reconocida por expertos y psicólogos en el mundo entero, viene afectando a varias generaciones –por lo menos un par- que crecen saltando etapas de infancia y adolescencia, que deberían pasarse aprendiendo y descubriendo el mundo y sus propios universos internos, desarrollando su sensibilidad emocional, su capacidad cerebral y su salud mental y psíquica, en lugar de entregarse desde que adquieren uso de razón a la búsqueda de experiencias sexuales precoces.
La hipersexualización de niños, niñas y adolescentes es moneda corriente en nuestras sociedades, mayormente occidentales aunque también ha penetrado en el mundo oriental, a pesar de los férreos controles que ellos sí imponen, a veces con mano extremadamente dura. Y la razón es una sola: porque es un gran negocio.
Miles de millones de dólares se mueven sobre la base de este crecimiento acelerado de menores de edad que ingresan, antes de tiempo, a la vivencia de relaciones de pareja, experiencias de iniciación sexual o uso y abuso de elementos inapropiados para sus edades –letras de canciones, videos musicales con imágenes explícitas, vestimentas y maquillajes para personas mayores de edad. En los ámbitos “formales” esto lo vemos en las boutiques de ropa para niñas, los absurdos concursos de belleza infantiles y la televisión. Pero en la clandestinidad –en el mundo real y virtual- también se mueven millones de dólares en asuntos de lo más oscuros derivados de esta “tendencia” a hacer que niños, niñas y adolescentes estén expuestos a actividades del mundo adulto como si de un juego se tratara.
¿Cómo podríamos solucionar esto, desde la docencia? ¿Alguna idea, colegas?
EL LINK
EL DATO
- En nuestra sociedad, podemos observar la hipersexualización en la población infantil la cual está cada vez más presente debido a la masiva red de información a la que estamos accesibles y no es provocada por los niños y niñas, ellos son simples víctimas de la información implícita que transmiten los adultos y sobretodo los medios de comunicación.
- La adopción de actitudes y comportamientos precoces en la juventud y adolescencia, provoca una pérdida de la infancia en nuestra población más joven, sin tener la necesidad de perder esta etapa tan importante, los adultos quieren hacer de sus hijos los más bellos y las más bellas, fomentando en ellos que la estética es lo más importante incluso más que la educación en valores que cada vez brilla más por su ausencia.
- Estas situaciones pueden provocar abusos a menores, dado que con la facilidad que manejan las redes sociales, y las fotos que puede publicar en estas, creen que son lo suficientemente mayores como para conversar con gente desconocida mediante la red. También mencionar la multitud de niñas con trastornos alimenticios, generado por la publicidad hipersexualizada en la que la imagen ideal de la mujer es extremadamente delgada.
Fuente: Red Educa.net
La Asociacio’n de Psicologi’a Americana
(APA),publico’ un documento en el q’ denun
ciaba la tendencia sexualizadora de nuestro
s niños y adolescentes, era una preocupa
cio’n,porq’ abarcaba desde la ropa,juguetes,
y series de TV,en forma sutil al erotismo pre
maturo,en el inocente mundo infantil…por
eso debemos educar en valores,para evitar
toda clase de problemas.