Estimados docentes: Todos compramos. Ropa, calzado, teléfonos. Alimentos, útiles de oficina, computadoras. Carros, casas, lentes. Relojes, libros, adornos. Perfumes, pastillas, gel antibacterial. Conexiones a Netfilx, consolas de videojuegos, antivirus. Todo, en determinados momentos y dependiendo de nuestras necesidades, condiciones económicas y estilos de vida, nos sirve. Para satisfacer una necesidad básica, para cubrir un compromiso, para darnos un gusto. Hay compras permanentes (comida, vestido, educación), hay cosas transitorias (aparatos, regalos) y hay cosas innecesarias que compramos de manera compulsiva (el catálogo es inmenso).
La línea divisoria entre qué necesitamos realmente y qué no, es muy delgada y no se distingue del todo bien. Por ejemplo, si vivimos en una ciudad grande quizás necesitamos un automóvil. Pero ¿necesitamos dos, tres, cuarenta? ¿necesitamos que sea un deportivo, un tanque (Hummer), o una camioneta 4×4 en un tráfico endemoniado? ¿necesitamos que tenga techo replegable, conexiones a internet y televisores? Y, si existiera un transporte público moderadamente útil, cabría preguntarnos ¿realmente NECESITAMOS carro en una ciudad grande? Sobre todo si vemos cuánto tráfico se sigue empeorando con el ingreso de nuevos ve3hículos personales y la contaminación ambiental y sonora que producen en las ciudades, la pregunta es totalmente válida.
El consumismo es la expresión, en un término ideológico, del exceso de consumo en el que está sumergido nuestro planeta –especialmente en el mundo occidental y las megalópolis orientales occidentalizadas –ejemplos clásicos, Beijing en China, Tokio en Japón) desde hace ya más de cinco décadas. Con los años, las cosas han empeorado mucho, al punto tal en que cada seis meses se anuncian versiones nuevas de teléfonos inteligentes –con doble cámara, con cuádruple cámara, con pantalla táctil sensible a la voz, con reconocimiento facial en 4D- que, literalmente, enloquecen al público consumidor y disparan las ventas a nivel mundial, incluso antes de que el mencionado producto esté al 100% ensamblado.
¿Realmente NECESITAMOS tener ese teléfono? Las sociedades urbanas han llevado al consumismo a un nivel extremo de exigencia y necesidades pasajeras que, de no satisfacerse, son fuente de desánimo, frustraciones. La publicidad alcanza a todos los públicos, generando ansiedades de diversos calibres en aquellos adultos y jóvenes de pocas posibilidades económicas al no poder tener lo que tienen “los demás”. Los efectos de esta dinámica han demostrado ser muy tóxicos en varios niveles: la contaminación ambiental, el sobre endeudamiento, las relaciones humanas.
La especie humana necesita consumir. El consumo per se no es algo negativo. El exceso de consumo es el problema. Y no es un problema nuevo. Existe desde hace décadas y está cada vez más descontrolado, afectando las formas de ver y entender los modos de producción, las relaciones laborales y hasta los sistemas políticos. Es un tema amplio y complejo que involucra sistemas económicos y políticos, empresariales. Pero que también tiene que ver con nuestra vida diaria, nuestros hábitos y que no puede examinarse a profundidad sin terminar cuestionándonos a nosotros mismos.
Ustedes, ¿qué opinan?
Ver animación aquí (La historia de las cosas, muy interesante)
EL LINK
EL DATO
- Si miras a tu alrededor es fácil darse cuenta de que los seres humanos estamos siempre consumiendo. Ya sea para comer, vestirnos, desplazarnos, trabajar, entretenernos; al final, los productos y servicios nos permiten cumplir con nuestras actividades, pero dejamos, a la par, una huella ambiental. Especialmente cuando consumimos más de lo que realmente necesitamos y de lo que el planeta puede proveer.
- Para 2050, la población humana crecerá a 9 mil 600 millones, es decir, poco más de 3 mil millones de personas más, lo cual es insostenible con nuestro ritmo actual de consumo.
- El consumismo impacta a todas las personas en el planeta, ya que estamos inmersas en un sistema de producción y consumo generalizado, donde la publicidad de las empresas incide en nuestras decisiones de compra, aunque no sean lo mejor para el planeta y para todas y todos.
Fuente: Greenpeace.org
El Consumismo,inicia su desarrollo y creci
miento a lo largo del s. XX,como consecuen
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