Estimados docentes: El martes 31 por la noche, cuando lleguen las doce, muchos de nosotros nos apuraremos en comer doce uvas para que la buena suerte nos acompañe en cada uno de los doce meses del nuevo año que comienza. Otros saldremos a correr una vuelta a la manzana abrazados a una maleta, para que podamos viajar en el futuro cercano. Y si no, no nos faltará una prenda amarilla que nos pondremos ilusionados de que atraerá la buena suerte a nuestras vidas. Estas costumbres o supersticiones, muchas de las cuales aprendimos de España, son solo algunos de los rituales que realizamos ante la inminente llegada de un nuevo año.
La importancia de cerrar y abrir ciclos es fundamental para organizar nuestra vida. La semana pasada vimos la historia del calendario y cómo este nos ayuda a preparar actividades, plantear objetivos y proponernos metas ya sea en lo personal, familiar, laboral o profesional. Pero más allá de las acciones que solemos dejar al azar, no cabe duda que es nuestra propia capacidad de planificación la que nos permitirá conseguir que esos anhelos se hagan realidad. Como docentes, más allá de nuestra especialidad o área de enseñanza, tenemos el deber de inculcar entre nuestros estudiantes esa noción del orden y la preparación para el futuro, ya que así formaremos una generación que tenga claros esos conceptos.
De igual manera, es interesante conocer el por qué las diferentes civilizaciones han intentado, a través de la historia, definir la duración del año como ciclo asociado a la órbita de la Tierra, los ciclos lunares, los cambios de estación, etc., en razón a esta necesidad de plantear límites que nos digan cuándo comenzar y cuándo terminar una acción, un plan, una tarea.
EL LINK
https://www.eldiarioar.com/sociedad/ano-nuevo-celebra-1-enero_1_9835988.html
EL DATO
- Cada cambio de año nos encuentra a (casi) todos organizando todo para llevar adelante estas cábalas o rituales, diseñados hace mucho tiempo a partir de diversas simbologías como colores, frutas, conductas, prendas de vestir, etc., para que el próximo ciclo que inicia el 1 de enero nos depare buenos momentos y mejores resultados en nuestros proyectos, trabajos, relaciones, etc.
- Como cada fin de año, la gente se prepara para cumplir con una serie de cábalas para despedir este ciclo de doce meses que concluye y recibir, con ilusiones y esperanzas, el que se inicia. A diferencia de la Navidad, en la cual celebramos un acontecimiento íntimamente ligado a la religión católica -el nacimiento del Mesías- durante la Noche de Año Nuevo la población se entrega a diversas prácticas de superstición opuestas de manera diametral a la fe que nos congregó frente al pesebre de Belén, hace apenas una semana.
- Muchos piensan que la suerte no existe. Pero, detrás de esa negativa postura frente a los buenos o malos designios de la fortuna oponen algo que suena aun más esotérico: el poder de crear nuestro propio destino y no solo a través de acciones -lo cual es, al final de cuentas, lo más cercano a la realidad- sino que, además, añaden elementos mágico-religiosos o metafísicos que se entremezclan, confunden o definitivamente se alejan de aquellos hallazgos de la neurociencia relacionados a la influencia de diversos químicos cerebrales que pueden estimular el ánimo y crear una atmósfera positiva para nuestras actividades.
Fuente: Baúl del Docente.pe
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