Estimados docentes: Tecnología, buen ánimo, resiliencia, inteligencia emocional. Todos estos elementos forman parte del debate y la ciencia pedagógica desde hace años, pero este 2020 se convirtieron en el ABC del desempeño docente, en algunos casos, a la fuerza.

Para el próximo año lectivo 2021, que en nuestra región (hemisferio sur) se iniciará entre los meses de marzo y abril no es un ciclo nuevo. Más bien se trata de una continuación de lo que se desarrolló el 2020, a trompicones y a saltos, debido a las múltiples tareas que debieron implementarse, procedimientos y renovación de conceptos –evaluación, cantidad de alumnos, seguimiento- asociados a la educación remota.

Por ello, por enésima vez y ahora sí, de manera mucho más concreta, el sector educación está delante del reto de definir y establecer “los nuevos roles” de nuestra profesión. Orientación, apoyo tecnológico, comunicación directa a través de correos, sesiones de zoom o videollamadas. Capacitación no solo para entender el manejo de la tecnología sino también para encontrar un balance entre la educación cognitiva y la educación emocional.

En suma, si bien es cierto este 2021 se muestra incierto todavía, las reflexiones sobre cómo desempeñarnos al momento de ejercer la docencia se parecen mucho a las que siempre hemos tenido, solo que ahora hay una diferencia: si no implementamos las recomendaciones y las dejamos para después, la continuidad que necesitamos dar a nuestros estudiantes se verá interrumpida en sus principales objetivos de formación integral de futuros ciudadanos.

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EL DATO

  • El COVID-19 ha cambiado totalmente la forma de ver la tradicional vuelta al cole que ya ha comenzado en algunas comunidades autónomas. El desafío de garantizar la salud física y mental de toda la comunidad educativa se ha convertido en prioritario y este se hace complicado en las «actividades de acción tutorial», en las que siempre ha sido necesario el contacto presencial entre el alumnado, señala Ana Cobos, presidenta de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE).
  • De hecho, la incertidumbre es el primer desafío para Enrique Castillejo y Gómez, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos y Psicopedagogos, quien se muestra algo más pesimista a la hora de afrontar el curso: «La orientación educativa necesita de un seguimiento permanente del alumnado, de todos los alumnos, y eso significa obtener información del profesorado, familia y del propio alumno. Todo este trabajo se ha venido realizando con una dotación de personal. Con este panorama actual, el esfuerzo va a ser titánico, casi inasumible».
  • Además, los estados anímicos y emocionales generados por el coronavirus se agudizan en el caso de la población en riesgo de exclusión social, advierte Pilar Figuera, investigadora y coordinadora del grupo de investigación sobre Transiciones Académicas y Laborales (TRALS) de la Universitat de Barcelona. Figuera recuerda cómo algunos estudiantes tuvieron que abandonar sus estudios por problemas económicos en la crisis de 2008 y considera que, de no tomar medidas, «una parte de la sociedad puede ver truncadas sus expectativas de futuro, y emerger problemas de culpabilidad y estrés en las familias».

Fuente: Educaweb.com

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  • Los nuevos roles de los docentes, incluyen
    do diseñar el trabajo de los estudiantes, fa
    cilitar el proceso de aprendizaje y ser un mentor. El desafío de garantizar la salud física y mental de toda la comunifad educa
    tiva se ha convertido en pioritario y esto se
    ha complicado por la pandemia. El nuevo rol
    para los alumnos:auto dirigido y enseñar.

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