Estimados docentes: La semana pasada publicamos un post con toda la información relacionada a la importancia de usar mascarillas, el único protector real que tenemos para evitar contagiarnos de coronavirus (vea aquí). Las necesitamos, nos guste o no, para cuidar nuestra salud y la de las personas a las que frecuentamos (familias, parejas, amistades). Incluso existen ya tendencias de moda con respecto a las mascarillas –en sectores más privilegiados- con la elaboración de diseños que van de acuerdo al resto del atuendo, dibujos animados, películas, etc. Todo aquello que hagamos, como colectivo social, para convencer a las poblaciones de que el uso de la mascarilla no es una opción sino una obligación, algo que debemos ya fijar en nuestra vestimenta permanente, es positivo.

Pero, como todo lo que hemos incorporado a nuestros usos y costumbres, el uso de mascarillas también exige de nosotros ciertas responsabilidades. La principal está relacionada al manejo de las mascarillas cuando ya no las vamos a usar. Hemos visto, en nuestras calles y plazas, mascarillas en el suelo, botadas como cualquier pedazo de desecho (basura), sin tomar en consideración que está cargada, literalmente hablando, de toda clase de gérmenes y por supuesto, del virus que nos está atacando a nivel mundial.

Las mascarillas están hechas, en un 80 o 90%, de materiales sintéticos –tela, plástico, elástico- que normalmente asociamos a lo reciclable. Sin embargo, necesitamos tener claro que las mascarillas no son aptas para reciclaje por lo dicho en el párrafo anterior. A pesar de esto que parece tan obvio, es muy triste ver que incluso en el mar –en sociedades más avanzadas en el tema del manejo de residuos sólidos como Alemania, Estados Unidos, etc.- se han encontrado mascarillas usadas, contaminantes, que afectan nuestra vida, nuestros recursos naturales y el ecosistema animal marino.

Cada vez que cambiemos de mascarilla, porque ya está vencida y no nos protege o porque está muy sucia, debemos echarla al contenedor que tengamos dispuesto en casa para desechos orgánicos, salvo que tengamos la posibilidad de tener uno específico para estos elementos nuevos de uso diario –mascarillas, guantes, escudos o micas protectoras- y que luego podamos trasladar eso a contenedores dispuestos especialmente en hospitales o clínicas. Es lo que corresponde para dar buen manejo a estos elementos de protección sanitaria para que no se conviertan en fuente de nuevos problemas: contaminación ambiental a gran escala por el uso masivo que tienen en el mundo como solución real para evitar más contagios de coronavirus.

EL LINK

https://news.un.org/es/story/2020/07/1478011

EL DATO

  • Las mascarillas, claves para reducir los contagios durante la pandemia de COVID-19, se han convertido en un complemento más en nuestro día a día. Pero, ¿qué efectos tiene el exponencial aumento en la utilización de una prenda de carácter desechable como esta? El medio ambiente podría ser uno de los grandes perjudicados si no desechamos las mascarillas de forma adecuada.
  • En los últimos meses, coincidiendo con el auge de la pandemia, se han encontrado mascarillas desechadas indebidamente en ciudades de medio mundo. Ya en marzo, grupos ecologistas de Hong Kong llamaron la atención sobre esta cuestión cuando sus playas aparecieron plagadas de mascarillas. Concretamente, los ecologistas advierten que estos residuos representan una amenaza para la vida humana, la vida marina y los hábitats de la vida silvestre. Pero no solo eso, ya que, además de exacerbar la contaminación, estos desechos son un riesgo al aumentar la propagación del nuevo coronavirus.

Fuente: Iberdrola.com

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