Estimados docentes: En estos tiempos en que ningún programa de televisión educa ni enseña cosas útiles a nuestros niños, conviene recordar a un show que es ya toda una institución de la educación mediátic: nos referimos a Plaza Sésamo, la entrañable calle 123 en la que un elenco colorido y gracioso de marionetas al estilo de los Muppets de Jim Henson, juegan todas las mañanas, desde hace 50 años, educando a niños de edad preescolar.

En sus canciones y rutinas, los personajes de Plaza Sésamos enseñan a contar, deletrear, reconocer figuras y más, siguiendo un esquema cuidadosamente elaborado por sus equipos creativos, que combinaron desde el principio de manera efectiva y genial aspectos de pedagogía y diversión, sana y muy bien pensada para cumplir con sus objetivos educativos.

Plaza Sésamo comenzó en los estudios Reeves Teletape de New York, Estados Unidos, en el año 1969. Para su cuarenta aniversario, en el 2009, ya se había transmitido en más de 140 países, traducido en más de 70 lenguas y producido una cantidad inmensa de discos, episodios y campañas educativas de toda índole. Según estudios de 1996, el 95% de niños norteamericanos veían el programa Plaza Sésamo en sus casas antes de cumplir los tres años de edad. Para el 2018 se estimó que 86 millones de ciudadanos estadounidenses habían visto Plaza Sésamo durante su niñez.

En un análisis realizado por el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), se menciona que Plaza Sésamo permite aprender habilidades básicas como reconocer letras, números y colores. Tres de cada cuatro niños en zonas pobres sin acceso a educación formal vieron el programa para la década de los años 90. Los investigadores concluyeron que la mayoría de niños de raza negra, que vivían en zonas pobres pero que podían ver en casa el programa, tenían mejores resultados en la escuela elemental debido a esta intervención directa de contenidos educativos que permitían que los infantes llegaran a las primeras instancias escolares con conocimientos adquiridos al ver el programa.

EL LINK

https://www.semana.com/educacion/articulo/plaza-sesamo-educacion-una-llave-ganadora/431095-3

EL DATO

Cinco lecciones de vida que aprendimos de Plaza Sésamo:

1. La diversidad: Si algo reina en Plaza Sésamo son los distintos colores de piel, plumas o pelos de sus personajes. Plaza Sésamo nos enseñó que el color no importa y que todos podemos ser amigos.

2. Ríete de ti mismo: Es importante para el éxito en la vida aprender a reírnos de nosotros mismos. Cada personaje de Plaza Sésamo tiene talentos y personalidades específicas pero también defectos que manejan con buen humor.

3. El que persevera alcanza: En 1972 apareció un personaje secundario llamado baby monster que por años fue un títere más del montón, pero a principios de los 80 alguien comenzó a ponerle atención y ahora tiene sus propios juguetes, serie e incluso películas. Este pequeño se llama Elmo, y nosotras también podemos ser como él.

4. No todo en la vida es dieta: Plaza Sésamo nos enseñó a disfrutar los pequeños placeres de la vida sin culpa, como las galletas de chispas de chocolate. Dejarte llevar por tus antojos de vez en cuando (y con moderación) no tiene nada de malo. Recuerda que vida sólo hay una.

5. Los vampiros no brillan: Pero sí saben contar. Basado en el clásico personaje de terror creado por Bram Stoker, Drácula, el Conde Contar hizo aprender a contar a generaciones de niños, pues contaba todo lo que se le cruzaba en el camino. Un clásico.

Baúl Docente

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