Estimados docentes: Hay temas que debemos repetir hasta el cansancio, aun cuando vayan en contra de lo que es aceptado como bueno, moderno, de moda. El exceso de uso y conexión a las redes sociales está poniendo en riesgo la integridad mental y la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes, por varias razones. La existencia de herramientas virtuales que permiten crear realidades falsas se está convirtiendo en un peligro permanente que ocasiona soledades, angustias, desequilibrios sociales y hasta atentados contra la propia vida.
Como maestros, sabemos que las tecnologías de internet y redes sociales nos están sirviendo hoy más que nunca a darle continuidad al proceso educativo. Y eso nos abre una disyuntiva: ¿cómo promovemos el uso diario de redes sociales y, al mismo tiempo, tratamos de controlar su uso para evitar que nuestros estudiantes caigan ante la presión social, el ciberbullying, el acoso sexual, o la “simple” y aparentemente inofensiva desconexión afectiva que puede acabar en un lamentable suicidio?
En este documental de la Deutsche Welle se exploran casos de jóvenes y padres de familia que, metidos al 100% en el uso normalizado de perfiles en redes, terminan con serios problemas por la sobre exposición (publicación de fotos de sus actividades privadas, fotos de hijos desde tempranas edades), la necesidad de siempre “verse bien” para no perder seguidores o reacciones positivas, la soledad real frente a la permanente vida social virtual ligada a la conexión. Veámoslo en familia y en clase, para generar comentarios y reflexiones que nos ayuden a encontrar el sano equilibrio entre los beneficios innegables de la tecnología y sus también inocultables peligros.
EL LINK
EL DATO
- Todas las redes sociales que no son para menores tienen una edad mínima de acceso (en la mayoría es de 14 años), sin embargo, la edad media en la que un niño recibe un móvil está entre los 10 y 12 años.
- En muchos casos se trata de un smartphone, lo que les permite el acceso a Internet en cualquier momento si los padres no configuran el control parental o instalan alguna app de control parental que pueda bloquear ciertos accesos en el móvil.
- Los niños y adolescentes son todavía más vulnerables a los riesgos y peligros de las redes sociales respecto a la privacidad, puesto que en muchas ocasiones no son conscientes de lo lejos que puede llegar una publicación, una foto o un vídeo subido a ellas, especialmente cuando no se han preocupado de configurar su perfil para que solo puedan ver lo que publica sus amigos.
Fuente: Protección de Datos.com
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