Retroalimentación: Vital para la evaluación remota

Estimados docentes: La “retroalimentación” es un concepto que proviene de la tecnología y la ciencia, específicamente de la biología. Hace referencia a la respuesta o retorno de la energía o información que ha salido de un circuito. Esta definición, que llega a nosotros desde el Diccionario de la Lengua Española, a pesar de ser la primera acepción del término, ya no se asocia casi para nada a ciencias exactas. Por lo menos si no nos dedicamos a ellas.

Hoy, la retroalimentación –o ”feedback”, su equivalente en inglés, que también tiene su origen en actividades más técnicas como, por ejemplo, la respuesta que esperan los músicos de sus parlantes (el “retorno” se le dice en español)- es una de las etapas del proceso de interacción entre dos personas o grupos de personas, capaz de enriquecer o empobrecer dicho contacto o intercambio de informaciones. Uno de los primeros en usar este término en contextos de ciencias sociales fue David K. Berlo, teórico de las comunicaciones, quien incluso el feedback o retroalimentación como parte fundamental para un buen proceso de comunicación. Sin retroalimentación, cualquier intento de comunicación es incompleto, fallido, decía él.

En educación, la retroalimentación cumple el mismo rol que en las ciencias de la comunicación y el proceso descrito por Berlo en los años cincuenta del siglo pasado. El profesor es, básicamente, el emisor de mensajes y los estudiantes, receptores. La retroalimentación se produce en las preguntas, los caminos que va tomando una clase, la respuesta a través de las evaluaciones. En este punto, evaluar no solo es poner notas sino recibir los mensajes que nos dan esas notas. Esa respuesta –si los alumnos avanzan o no, a qué ritmo, quiénes requieren más apoyo, qué áreas deben reforzarse, es vital para una buena evaluación y definición de objetivos y logros.

De eso trata este post, colegas…

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EL DATO

¿Qué incluye la “correcta” evaluación de un curso online?

• Una evaluación holística va más allá del diseño del curso; reconoce los matices que hacen que un curso sea único, incluidas las aportaciones y contribuciones de los estudiantes, los desarrollos en el campo de estudio y los eventos actuales. Lo más valioso son las percepciones del alumnado sobre su aprendizaje y la experiencia del curso.
• Una buena evaluación considera el curso como algo que tiene lugar a lo largo de un período de tiempo y también las interacciones entre el instructor y el alumnado, de los estudiantes con otros estudiantes… unas cuestiones que crean un material que puede estudiarse y analizarse. Dicho material puede incluir correos electrónicos o publicaciones en el foro de preguntas de los estudiantes, diálogo dentro de los foros, comentarios de la interacción grupal, encuestas al alumnado al final del curso.

Fuente: Educación 3.0