Estimados docentes: Una de las imágenes más comunes que vemos hoy por las calles es la siguiente: parejas de padres jóvenes -algunos extremadamente jóvenes, por cierto- que mantienen a sus hijos muy pequeños, entre dos o tres años, pegados a lo que las casas comerciales llaman “tabletas infantiles”, laptops de tamaño reducido con carcasas de colores -celestes para niño, rosadas para niña-, a diferencia de las clásicas carcasas negras o grises de nuestras laptops. Hipnotizados por los colores y las figuras en movimiento, generalmente dibujos animados o personajes -animalitos, florecitas- los chicos no emiten sonido alguno ni dirigen sus ojos a ninguna otra cosa. Pero, si se apaga o se la retiran de la vista, comienzan a llorar y dar de gritos. Como si revivieran.

Generalmente, los defensores de esta mala práctica de crianza dicen que así los niños aprenden desde el saque a familiarizarse con objetos que, habida cuenta de cuánto depende el mundo de la tecnología, usarán para siempre. Además, los padres se libran, con este asunto supuestamente educativo, de la incomodidad de tener que estar distrayendo o calmando a sus pequeños. Esta costumbre se ha hecho muy popular transversalmente en todos los niveles socioeconómicos. Lo mismo da si se trata de una pareja con altos ingresos que lleva a sus hijos en cochecitos especiales, con decenas de accesorios y nanas esperando en la camioneta 4×4; o si se trata de una pareja de ingresos bajos, que lleva como puede a sus dos o tres hijos subiéndolos como paquetes pesados en buses de transporte público. Hay tabletas infantiles para todos los precios, gustos y posibilidades.

Lo cierto es que esto de exponer desde edades tan tempranas a los niños a las tabletas, es más perjudicial que beneficioso. A nivel visual, por ejemplo. El brillo de las pantallas comienza a causar estragos desde el principio de sus vidas, aumentando las posibilidades de que esos pequeños desarrollen anomalías como miopía, resequedad, entre otras dolencias en los ojos. Su capacidad de conexión con el mundo externo, al estar tan absorto, también se pasma pues hace de la distracción un modo de vida a tan cortos años. Además está el riesgo grave de que tus hijos desarrollen adicción a las pantallas, un tema que está médicamente comprobado como cierto y que reduce sus capacidades cerebrales y sociales.

En el video que acompaña este post, más explicación sobre este punto, que deberíamos tomar en cuenta para que los padres no se peguen tanto al consumo de tabletas infantiles que afectan el futuro cognitivo de sus hijos.

EL LINK

https://www.sabervivirtv.com/pediatria/neuropediatra-alerta-peligros-nino-pequeno-movil_1897

EL DATO

  • Con menos de dos años los bebés no deberían tener acceso a las nuevas tecnologías ni un minuto al día porque su cerebro no está preparado para ese tipo de estimulación. Necesitan tocar y sentir de un modo mucho más básico, pero en ningún caso este tipo de hiper estimulación que puede provocarles muchísimos problemas en el futuro.
  • La exposición excesiva a las nuevas tecnologías en bebés entre 0 y 2 años de edad puede provocar alteraciones en el crecimiento de su cerebro y provocar problemas de aprendizaje, falta o déficit de atención, impulsividad y rabietas frecuentes.
  • Básicamente y para que lo puedas entender de un modo básico, tienes que saber que el esfuerzo de estar mirando a una distancia muy corta exige que se incrementen las demandas de acomodación y convergencia. Para compensar estas altas demandas, nuestro cuerpo se adapta volviéndose miope para tener un mejor rendimiento a esa distancia y esforzarse menos.

Fuente: Cuida Tu Vista.com

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