Estimados docentes: La inteligencia artificial está en todas las noticias pero no por sus características positivas sino todo lo contrario. Los abusos y peligros que se desprenden de su uso en manos inescrupulosas han generado una serie de nuevos e indignantes vicios sociales que ponen en entredicho sus bondades. En todo caso, lo que cabe preguntarse es si la humanidad actual, grotesca y desconsiderada, está preparada para utilizar tremendo adelanto tecnológico con responsabilidad y sentido común.
Crímenes como la suplantación de identidades a través de generadores automatizados que imitan la voz hace que pensemos más de dos veces antes de enviar “un audio”. Ladrones cibernéticos vienen clonando voces humanas usando aplicativos de inteligencia artificial. Inclusive son capaces de reproducir tu voz y hacerte hablar en otros idiomas, por lo que no solo pueden estafarte en tu ciudad sino en otros continentes, haciendo crecer de manera exponencial las oportunidades de robos digitales impunes.
Y la última novedad, lamentable y vergonzosa, es ver cómo alumnos de secundaria de un colegio mixto privado y extremadamente caro de Lima, capital del Perú, vulneraron la honra de sus compañeras mujeres alterando sus fotos para comercializarlas, con una app de inteligencia artificial que permite borrar la ropa del archivo original. ¿Hasta dónde más bajo se puede caer? ¿Estamos preparados, como docentes y padres de familia, para contener esta avalancha de usos tóxicos de la llamada “cuarta revolución industrial”?
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EL DATO
- ¿Cómo lo lograron los estafadores? Lo más probable es que hayan utilizado inteligencia artificial (IA) para clonar la voz del hijo, afirma Alex Hamerstone, ciberanalista de TrustedSec.
- Con la tecnología de clonación de voz, añade, los estafadores solo necesitan capturar unos segundos del audio de la persona, “que pueden obtener de un video de TikTok o Instagram o de cualquier otro lugar semejante”, para ofrecer una suplantación convincente.
- Las mismas inquietudes aplican a los mensajes escritos a través de correos electrónicos, mensajes de texto o las redes sociales, advierten los expertos.
Fuente: AARP Noticias.com
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