Estimados docentes: El racismo es un problema muy antiguo, que arrastran nuestras sociedades desde aquellos tiempos en que la esclavitud, la colonización y la supremacía económica definían qué tipos de seres humanos eran superiores a otros. Las razas, como decimos desde hace muchos años, no son iguales pero no en el sentido de que unas sean mejores que las otras, sino en cuanto a sus características externas, posibilidades de desarrollo físico y adaptación -todas determinadas por el proceso evolutivo y las condiciones ambientales de cada zona del planeta en el que todos vivimos y respiramos. Ninguna raza proviene de otra galaxia, todos somos seres humanos y merecemos el mismo respeto y, en teoría, las mismas oportunidades.
Lamentablemente, la discriminación racial está más vigente que nunca en el siglo XXI de globalizaciones definitivas, internet e inteligencia artificial. Y, si antes era la esclavitud y el poder lo que definía esta clase de irracionales jerarquías -blancos mejores que negros, blancos mejores que cobrizos, en general, blancos mejores que todos los demás colores- ahora es un asunto que, teniendo su raíz en esas cuestiones supuestamente superadas, se apoya en cosas más tontas y superficiales como las preferencias cromáticas –“lo blanco es luz, lo negro es oscuridad”- y diferencias minúsculas de pigmentación cutánea. Es tan absurdo el asunto que, en nuestras mismas casas, hay padres que quieren más a aquellos de sus hijos que haya salido “más claritos” y aunque no lo demuestren, lo dejan entrever en sus actitudes, atenciones y preferencias. Esto deja huellas psicológicas que, a veces, resultan muy difíciles de borrar en aquellos individuos que han padecido esa clase de discriminación en sus propios hogares.
¿Cómo enseñar en las aulas la no discriminación racial? Hablando con nuestros alumnos, repitiendo hasta el cansancio los conceptos de igualdades y diferencias entre razas o grupos étnicos para que la publicidad y las redes sociales -otros dos ámbitos a donde se ha trasladado la versión más moderna y nociva del racismo- no terminen por deformar su percepción. Es muy triste ver cómo, a pesar de las campañas que se hacen contra la no discriminación racial, las marcas más poderosas del mercado siguen apostando por la imposición de modelos de “belleza” basados en el color de las pieles. Salvo casos como Benetton, conocida en el mundo entero por ser la primera en incluir a todas las razas de forma transversal en sus piezas publicitarias, el resto lo hace poco o casi nada.
El problema es que el racismo y sus ridículas dicotomías -luz vs. oscuridad, bonito vs. feo, confiable vs. sospechoso, atractivo vs. desagradable- se ha diversificado y ahora presenta variaciones como la discriminación por estatura, peso, atractivo, popularidad, posición económica (todas muy antiguas, por cierto) que continúan vigentes y generan desde incomodidad hasta traumas y polarizaciones en países en vías de desarrollo que no entienden que pensando así, jamás saldrán del Tercer Mundo en el que se encuentran.
EL LINK
https://www.unicef.es/educa/blog/actividades-abordar-racismo-aula
EL DATO
- La Real Academia de la Lengua (RAE) define al racismo como la “exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive”. En la práctica, el racismo se manifiesta a través de la discriminación y actitudes negativas hacia otras personas o grupos de forma no siempre premeditada.
- La manifestación más clara del racismo se produce cuando una persona es agredida por su procedencia, religión o color de piel con la justificación de que hay “razas superiores”. Esta concepción biológica ha quedado en un segundo plano primando ahora la visión etnocentrista en la que se considera que hay culturas superiores a otras.
- La escuela es un espacio clave en la transmisión de valores. A la hora de abordar el racismo es importante hacerlo de forma transversal, implicando a toda la comunidad educativa, a las familias y adaptando las actividades/acciones a las diferentes edades. Aún así, hay una serie de cuestiones comunes como son los valores de respeto, tolerancia, aprender a dialogar, reconocer la diversidad como algo positivo y enriquecedor.
Fuente: UNIR (España)
Deja un comentario