Estimados docentes: Lo vemos todos los días, en el tráfico. Una tarde de domingo, sin mucho tráfico, un auto particular se pasa la luz roja a toda velocidad, a pesar de que le corresponde parar. “Como no hay nadie en la transversal” piensa el conductor, persona adulta y de un segmento socioeconómico medio alto, con capacidad económica para mantener un buen automóvil propio, que ha pasado por la universidad y probablemente hasta tenga un Master en Negocios Internacionales. No hablamos de alguien sin educación. Pero sea cual sea su condición, exhibe un alto nivel de imprudencia. Si en ese momento, en su pleno derecho, pasa un auto o una persona con la luz en verde, habrá un accidente. La imprudencia en este ejemplo ocasionará, tarde o temprano, serios daños materiales y lo que es peor, la herida y hasta la muerte de una o más personas.
La prudencia es, en principio, una de las virtudes que la religión católica promueve en su catálogo de enseñanzas básicas, el catecismo. Por ende, es difícil encontrar buenos recursos educativos en internet sobre la prudencia, que no estén asociados a páginas religiosas. Esto, que en principio no debería ser un problema, se convierte inmediatamente en uno si pensamos en que toda enseñanza muy cercana al lenguaje y la iconografía religiosa es, en los tiempos actuales, tomada menos en serio debido a que la educación actual promueve la apertura de criterios, para no depender del sesgo religioso aplicado a la formación de niños, niñas y adolescentes, por un prejuicio que ha ido deformándose a lo largo del tiempo con relación a la diferencia entre educar y adoctrinar.
Pero, ocurre que más allá de su origen conceptual ligado al Catolicismo, la prudencia es un valor que debe recuperarse pues, con los tiempos modernos y la relativización de (casi) todo, se ha venido perdiendo hasta volverse anti-valor. Nuestras sociedades ya no son prudentes, y no solo en cuanto al retroceso de la educación vial. Otro ejemplo, en el que podemos incluir principalmente a nuestros alumnos, es la manera absolutamente imprudente en que niños, niñas y jóvenes exhiben sus vidas en redes sociales. nada parece detenerlos. Ni siquiera noticias tan espantosas como la que acaba de darse en una de las escuelas privadas más costosas del Perú, en que alumnos tomaron las fotos que sus compañeras colgaron en redes para alterarlas con una “herramienta” de inteligencia artificial para comercializarlas. Sean prudentes, protéjanse.
EL LINK
https://lamenteesmaravillosa.com/la-prudencia-es-la-inteligencia-de-los-valientes/
EL DATO
- Pero, ¿sabemos cuáles son esos valores que debemos inculcar? Uno de los más importantes es la prudencia, una virtud que les ayudará a conducirse en la vida con sentido común y cierta mesura.
- ¿Tan negativa es la impulsividad que neutraliza la prudencia? Hablamos de cómo inculcar la prudencia a los niños sin que pierdan espontaneidad.
- Los límites son difusos porque un exceso de prudencia puede hacer que nuestros hijos crezcan con demasiados temores, con demasiadas preocupaciones y retengan sus emociones, algo que es bastante negativo para un desarrollo saludable de cualquier niño.
Fuente: Guía Infantil.com
La Prudencia,en su forma operativa
es una virtud y un puntual,para actuar
con mayor,conciencia,frente a las si
tuaciones ordinarias de la vida,convir
tamos la vida en un servicio a los demás,amigos y enemigos por amor a
Dios.Es el comportamiento hacia la fe
licidad de actuar justa y adecuada.